Palabra de Autogestor: Queremos que conozcas nuestras capacidades.
En el grupo de Autogestores de nuestro centro de Córdoba hemos estado reflexionando, junto con nuestra persona de apoyo, sobre nuestras capacidades y cómo mostrárselas a personas ajenas a la discapacidad intelectual.
Cada persona es distinta.
Lo primero que queremos recalcar es que cada persona es distinta, ya tenga discapacidad o no. Cada persona tiene sus intereses, motivaciones, gustos, deseos, su carácter. Aunque siga habiendo estereotipos en la sociedad de cómo son las personas con discapacidad, (como si nos pareciéramos entre nosotros), la realidad es que cada una es única. La discapacidad no define nuestras capacidades, ni nuestra personalidad, lo hace cómo somos cada uno de nosotros y las oportunidades que hemos tenido y tenemos para descubrir y aprender.
Nuestras capacidades
Para comenzar a dialogar sobre nuestras capacidades fuimos enumerando una lista de habilidades que cada uno ha aprendido: limpiar, planchar, poner el lavavajillas, hacer la compra, pagar por Bizum, viajar en autobús, en tren, manejar maquinaria de jardinería, pintar paredes, pintar cuadros, leer y escribir en inglés, mecanografiar con los diez dedos, utilizar el correo electrónico, instalar programas informáticos, etc.
Habilidades muy diversas que son consecuencia de situaciones en las que hemos tenido que aprender. Pero es solo una lista de tareas, ¿realmente resumen nuestras capacidades? Por supuesto que no. Somos capaces de infinidad de cosas, de hacer, de sentir, de vivir. No somos tan diferentes de las personas sin discapacidad, solo necesitamos ciertos apoyos.
En estas charlas hemos hablado de nuestras experiencias con respecto al aprendizaje, tanto en la escuela como en casa y en la mayoría de los casos hemos tenido exclusión, maltrato y excesiva sobreprotección.
Afortunadamente con el paso del tiempo la sociedad va mejorando en cuanto a la inclusión de las personas con discapacidad. Vamos sufriendo menos rechazo y no nos miran tanto como bichos raros.
Experiencias de vida
Pero en nuestras experiencias, hemos hablado de algunas familias que nos escondían por vergüenza, de malos tratos físicos o psicológicos. Hablamos de que solamente se nos permitía hacer pequeñas cosas, por si nos hacíamos daño, por si no íbamos a saber desenvolvernos, por si nos engañaban, por si nos equivocábamos, por si íbamos más lento, por si necesitábamos más apoyo del que podían, sabían o querían darnos. Demasiados “por si” que alejan las posibilidades de aprendizaje para desarrollarnos en lo personal, social o laboral.
Como decíamos la inclusión va mejorando y con ello las oportunidades que se nos dan para aprender, para demostrar lo que valemos.
Testimonios reales
Vamos a incluir un par de testimonios para invitar a reflexionar sobre la importancia de negar o dar oportunidades para que una persona pueda crecer y mostrar el desarrollo de sus capacidades:
“Cuando yo era pequeño mis padres me encerraban en una habitación, sin salir a la calle a jugar con mis hermanos. Me trataban mal, me duchaban con agua fría en pleno invierno, me pegaban con las manos o con una correa. Les preguntaba por qué me maltrataban y a mis hermanos no. Les decían que yo era igual que mis hermanos, que como uno más en la familia, me tenían que tratar bien. Que tenía derecho a disfrutar de la familia y de la casa o que si no perdían un hijo y me iba.”
Este compañero vive en nuestra Residencia de Adultos desde hace muchos años. Ha podido aprender habilidades laborales, sentirse valorado y útil y arropado por una comunidad. Actualmente está contratado como oficial de 1ª en labores de mantenimiento, demostrando cada día sus ganas de trabajar, de aprender, de esforzarse por superarse. Y disfrutando todo lo que puede con sus compañeros y amigos.
Leamos otro testimonio:
“Señoras y señores,
Desde mi infancia siempre he tenido problemas de habla y de hacer cosas por mí misma, pero he demostrado que con esfuerzo y constancia lo que se quiere conseguir en la vida, si quieres, puedes ¡vaya que sí!
Estudié F.P. Secretariado, formándome en asignaturas muy difíciles para mí, pero con la ayuda de profesores particulares, aprobé 1er curso, pero en el 2º me puse malísima cayendo en una enfermedad mental, por lo que no pude seguir.
Estudié F.P. Jardín de Infancia. Todo fenomenal, super bien, aprobando asignaturas como nunca antes habíamos soñado mis padres y yo. Todo notable o sobresaliente.
Pero seguía con mi enfermedad, cosa que iba llevando como podía. Luchar contra mi enfermedad es otra cosa que he tenido que superar y muchas más cosas que he sido capaz. He sido capaz de vivir sola durante 5 años en un piso de alquiler.
En el amor…
He tenido novios cuando antes era impensable y actualmente llevo saliendo con un muchacho de mi centro Futuro Singular Córdoba 5 años, con el que comparto de todo: amigos, intimidad, salidas, trabajo, familias, vacaciones…
Hogar dulce hogar…
Actualmente vivo ya en un piso propio. Vivo independiente, me compro mi ropa, me administro el dinero, me hago las tareas de casa… Me decían los médicos que yo no podía vivir sola e independiente… ¡pues aquí estoy!
He tenido varios trabajos, algunos de voluntariado, durante 5 años en la Facultad Loyola y Biblioteca. He trabajado en una guardería haciendo prácticas y estaban muy contentos conmigo. También estuve de apoyo en el Centro de Educación Especial María Montessori de Córdoba, 5 años seguidos de oficinista conserje.
He podido dar cursos a profesionales de mi centro y en institutos. Y terminando ya, actualmente sigo en la centralita mi centro Futuro Singular Córdoba haciendo funciones que nunca antes hubiese creído que iba a hacer.”
Todas las personas necesitamos ayuda, algunas tenemos una dificultad extra, pero si se nos permite podemos demostrar que precisamente es lo que fortalece nuestra capacidad de superación.
Autores: Grupo de Autogestores de la Fundación Futuro Singular Córdoba en Córdoba y su profesional de apoyo, Raúl Higueras Aguilera.