Desafíos en la alimentación durante la infancia: cómo abordarlos para un desarrollo saludable

Resumen

Los problemas de alimentación durante la infancia pueden tener un impacto significativo en el desarrollo del menor en múltiples aspectos, incluyendo el crecimiento físico, el desarrollo cognitivo y emocional, así como en la salud a largo plazo.

ALIMENTACIÓN EN LA ETAPA INFANTIL

La alimentación es un proceso en el desarrollo del niño en el que se incluye la elección, preparación y consumo de alimentos. El desarrollo de la alimentación se inicia desde el nacimiento, evolucionando a medida que las funciones psicomotrices y sensoriales van madurando. En este proceso intervienen factores: genéticos, biológicos, conductuales, emocionales y ambientales, que van evolucionando, y su interacción influye de manera directa en la regulación de la sensación de hambre y saciedad del niño, que se verá alterada si todos estos factores no funcionan de manera coordinada

Una alimentación saludable en la etapa infantil es la base para generar la energía que necesita el niño para afrontar el día a día y poder participar en las diversas actividades estimulatorias y de aprendizaje que el entorno le ofrece tan necesarias para su correcto desarrollo intelectual y físico.

Es cuando brota alguna alteración en cualquiera de las áreas que influyen en la alimentación cuando aparecen los problemas en ella, y por ello el propósito detrás de este artículo es:

  • Concienciar sobre la importancia de una alimentación adecuada y sus implicaciones para la salud a largo plazo.
  • Proporcionar consejos prácticos y estrategias para prevenir problemas de alimentación en la infancia, así como fomentar hábitos alimentarios saludables.
  • Hacer ver la importancia de reconocer los signos y síntomas de los problemas de alimentación en los niños, así como la necesidad de buscar ayuda profesional para su evaluación y tratamiento adecuados.

PREVALENCIA DE LOS PROBLEMAS DE ALIMENTACIÓN EN LA INFANCIA

Los problemas de alimentación en la infancia son un trastorno muy presente en la actualidad ya que, según la Asociación Española de Pediatría, se estima que hasta un 20-30% de niños sanos con desarrollo normotípico y un 80% de aquellos con necesidades especiales, sufren algún tipo de dificultad con la alimentación.

La prevalencia de estos problemas puede variar según diversos factores, como la región geográfica, el entorno socioeconómico, los hábitos culturales y la disponibilidad de alimentos.

Los problemas de alimentación que prevalecen en la sociedad infantil son: bajo peso y desnutrición, obesidad, trastornos alimenticios, alimentación selectiva o restricción alimentaria y trastornos gastrointestinales relacionados con la alimentación.

Además, existen otros factores como por ejemplo alteraciones sensoriales o emocionales, que afectan también de forma directa a la alimentación.

Es por ello por lo que se debe realizar una valoración e intervención temprana en cuanto exista sospecha ante cualquier alteración para poder revertir el problema lo antes posible. Este abordaje requerirá de un enfoque multidisciplinario que involucre a profesionales de la salud, nutricionistas, psicólogos, terapeutas ocupacionales, logopedas y otros especialistas para abordar adecuadamente las necesidades individuales de cada niño.

IMPACTO DE LOS PROBLEMAS DE ALIMENTACION EN EL DESARROLLO DEL MENOR

Los problemas de alimentación durante la infancia pueden tener un impacto significativo en el desarrollo del menor en múltiples aspectos, incluyendo el crecimiento físico, el desarrollo cognitivo y emocional, así como en la salud a largo plazo.

La nutrición adecuada es esencial para el crecimiento y desarrollo físico de los niños. La desnutrición o el exceso de peso, pueden afectar negativamente el crecimiento óseo, el desarrollo muscular y la altura.

También es crucial para el desarrollo cognitivo de los niños. Los nutrientes esenciales, como las vitaminas, minerales y ácidos grasos omega-3, son necesarios para el desarrollo del cerebro y la función cognitiva. Los niños que experimentan deficiencias nutricionales pueden tener un menor rendimiento académico, dificultades de aprendizaje y problemas de atención. Además, pueden afectar la salud emocional y mental de los niños; contribuyendo a la irritabilidad, la fatiga, la depresión y la ansiedad en los niños, así como la anorexia o bulimia nerviosa pueden afectar a su autoestima y percepción corporal.

Por último, mencionar que los problemas de alimentación también pueden afectar las relaciones sociales y la calidad de vida del niño, ya que presentan dificultades para participar en actividades sociales que involucren comida, como fiestas de cumpleaños o comidas familiares, lo que puede afectar su capacidad para desarrollar relaciones sociales saludables y su bienestar emocional.

Todo esto conlleva a una influencia negativa en las familias generando estrés y preocupación (temor de que no esté recibiendo los nutrientes necesarios para crecer y desarrollarse), conflictos familiares (especialmente si hay desacuerdos sobre cómo abordar el problema), cargas adicionales en términos de tiempo, energía y recursos, aislamiento social (temor a enfrentar juicios o críticas de otros), impacto financiero (uso de recursos financieros adicionales para acceder a alimentos especiales, terapias o tratamientos) e impacto en la calidad de vida, el estrés y la preocupación constantes pueden afectar la salud emocional y el bienestar general de los miembros de la familia.

Es importante que las familias reciban apoyo adecuado y recursos para abordar estos desafíos de manera efectiva y promover el bienestar de todos los miembros de la familia.

INTERVENCIÓN EN LOS PROBLEMAS DE ALIMENTACIÓN

El abordaje de las dificultades en la alimentación durante la infancia desde la atención temprana implica un enfoque multidisciplinario que se centra en identificar y abordar las necesidades específicas del niño y su familia. Las estrategias y enfoques comunes utilizados en la atención temprana para abordar las dificultades en la alimentación durante la infancia son:

  • Evaluación integral: El primer paso es realizar una evaluación completa del niño para comprender las posibles causas de las dificultades en la alimentación. Esto puede incluir evaluaciones médicas para descartar problemas de salud subyacentes, evaluaciones nutricionales para identificar deficiencias nutricionales y evaluaciones del desarrollo para comprender cómo las dificultades en la alimentación pueden estar afectando otras áreas del desarrollo del niño, así como evaluaciones psicológicas y del entorno familiar.
  • Intervención temprana: La intervención temprana es fundamental para abordar las dificultades en la alimentación antes de que se conviertan en problemas crónicos.
  • Intervención multidisciplinar: La atención temprana para las dificultades en la alimentación a menudo requiere un enfoque multidisciplinario que involucre a profesionales de la salud, como pediatras, dietistas, terapeutas ocupacionales, logopedas, psicólogos, trabajadores sociales… Trabajar en equipo permite abordar las necesidades complejas del niño de manera integral y colaborativa.
  • Apoyo nutricional: Los niños con dificultades en la alimentación pueden necesitar apoyo nutricional adicional para garantizar que estén recibiendo los nutrientes necesarios para crecer y desarrollarse adecuadamente. Esto puede implicar un dietista o nutricionista que desarrolle planes de alimentación personalizados.
  • Terapia de alimentación: La terapia de alimentación puede ser útil para abordar problemas específicos relacionados con la alimentación, como la selectividad alimentaria, la aversión a ciertos alimentos o los trastornos alimentarios. Esto puede incluir la implementación de estrategias específicas para mejorar la alimentación, como la introducción gradual de nuevos alimentos, la modificación de texturas, terapia cognitivo-conductual o la creación de un entorno de alimentación positivo y sin estrés.
  • Entrenamiento de habilidades: En algunos casos, puede ser necesario proporcionar entrenamiento de habilidades específicas para mejorar la coordinación oral-motora, la masticación y la deglución, especialmente en niños con dificultades sensoriales o del desarrollo.
  • Participación familiar: Los padres juegan un papel crucial en el manejo de las dificultades en la alimentación de sus hijos. Involucrar a la familia en el proceso de tratamiento es fundamental para el éxito a largo plazo. Esto puede incluir proporcionar orientación y apoyo a los padres sobre cómo manejar las dificultades en la alimentación en el hogar, así como ofrecer recursos y servicios de apoyo para ayudar a la familia a enfrentar los desafíos asociados con la alimentación del niño.
  • Apoyo emocional: Es importante brindar apoyo emocional tanto al niño como a su familia mientras trabajan para abordar las dificultades en la alimentación.

CONCLUSIONES

La infancia es un período crítico para establecer hábitos alimenticios saludables que pueden durar toda la vida, por ello es importante reconocer los signos y síntomas de los trastornos de alimentación para detectar y realizar un abordaje durante la infancia desde la Atención Temprana donde se intervendrá desde un enfoque integral, multidisciplinario y centrado en el niño y su entorno familiar.

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