Igualdad desde la infancia
La necesidad y obligación de educar en igualdad, es indiscutible en la sociedad actual tanto por convencimiento ético como por el marco legislativo que lo avala (Constitución, 1978 y Ley orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres). Además, la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible (Asamblea General de la ONU, 2015), lo contempla entre sus objetivos: “Lograr la igualdad entre géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas”.
Educar para la igualdad
Educar para la igualdad implica enseñar para que TODOS y TODAS tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades educativas, sociales y laborales.
Pero ¿es real esta educación? ¿Se inicia en la familia? ¿Se materializa en la escuela? ¿La sociedad está comprometida con la igualdad? Lamentablemente estas cuestiones no podemos responderlas con una afirmación absoluta. El desarrollo normativo actual y la labor de muchas mujeres y hombres indican que los cimientos se están consolidando para alcanzar esa deseada igualdad pero solo observar nuestro entorno más cercano confirma todo lo que falta por realizar y mejorar.
Doble discriminación en mujeres con discapacidad
Aún más, en el ámbito de la discapacidad ya que las mujeres tienen que superar una doble discriminación, por su condición de ser mujer y por presentar discapacidad. Se siguen vulnerando sus derechos fundamentales, siendo objeto de sufrimiento, aislamiento, sobreprotección, negación del propio cuerpo, el deseo y sexualidad, violencia sexual y violencia en la pareja.
Futuro Singular Córdoba impulsa valores clave
Nuestra fundación, consciente de esta situación y comprometida con el cambio social, impulsa valores en la personas como dignidad, honestidad, respeto e IGUALDAD DE OPORTUNIDADES. Se concretan, entre otras muchas acciones con la puesta en marcha del Plan de Igualdad 2016-2021, cuyo objetivo es garantizar la igualdad real y efectiva de oportunidades entre ambos sexos y evitar cualquier tipo de discriminación entre hombres y mujeres.
Coeducación desde edades tempranas
Siendo conscientes de que “la desigualdad no es innata, no es instintiva ni está inscrita en los genes” (Simone de Beauvoir), la cultura por la igualdad está instaurada en todos los servicios de la organización, apostando por un modelo educativo basado en la coeducación desde edades tempranas.
De la mano de las familias trabajamos por reconocimiento de las potencialidades e individualidades de niños y niñas bajo un prisma de igualdad. Es en el seno familiar donde los bebés aprenden observando a sus madres, padres y entorno más cercano, erigiéndose el ejemplo en un potente método de enseñanza de un hogar corresponsable.
Esta labor tiene su continuidad en todos los centros y servicios de la fundación, donde existe un cierto nivel de reflexión, concienciación y sensibilización sobre la igualdad de género entre hombres y mujeres sustentado bajo los principios de actuación de visibilidad, transversalidad e inclusión. Se convierten en espacios privilegiados para la práctica de valores como la tolerancia, solidaridad, respeto, ayuda e IGUALDAD.
En los centros educativos, la figura de la persona coordinadora del Plan de Igualdad, con formación específica en género, impulsa medidas educativas que fomentan la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, tales como:
- Uso del lenguaje no sexista oral y escrito,
- Celebración del Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer (25 – noviembre) y del Día Internacional de la Mujer (8 – marzo).
- Realización de actividades variadas a lo largo del curso escolar: gymkana coeducativa, sesiones específicas de formación en igualdad dirigidas al alumnado, visualización de mujeres importantes en la historia.
- Implica y anima a las familias en diferentes tareas coeducativas.
Estas estrategias complementan la educación en igualdad que el seno familiar debería ofrecer.
¿Qué podemos hacer desde casa para transmitir a nuestros hijos/as una verdadera igualdad?
- Predicar con el ejemplo, huyendo de los prejuicios, tratando a nuestros hijos/as como personas únicas evitando separación de roles y actitudes en virtud de género.
- Fomentar valores de igualdad y respeto. Es vital que los niños/as crezcan en un entorno donde las atribuciones, obligaciones, valores, tareas y aficiones no estén delimitadas en relación a su sexo.
- Permitir que nuestros hijos/as elijan sus propios juguetes y aficiones, apoyando y respetando su elección.
- Ofrecer cuentos, libros y películas no sexistas. Estereotipos como que las niñas deben ser salvadas por un príncipe y los niños tienen la obligación de ser fuertes o agresivos, están completamente obsoletos y fomentan desigualdad.
- Educar a los niños con libertad para expresar sus emociones.
- Acercar a las niñas a las nuevas tecnologías, no limitemos todas sus posibilidades de futuro.
- Adecuar el lenguaje evitando dichos populares y expresiones sexistas.
- Rechazar canciones que transmiten mensajes machistas, agresivos y alejados de la equidad.
- Corregir actitudes discriminatorias, sexistas o poco respetuosas, educando en la empatía.
- Desaprobar rotundamente cualquier tipo de violencia o control sobre el sexo femenino.
Empoderamiento de la mujer
Familia y escuela deben compartir una estrategia clave para la participación de las mujeres en cualquier ámbito, el EMPODERAMIENTO, que hace referencia a la toma de conciencia personal y el trabajo colectivo con otras mujeres y hombres para alcanzar la plena igualdad
La formación y capacitación de las mujeres, junto la revalorización de conceptos como diferencia, equidad, respeto y tolerancia desde la infancia, deben ser los valores que conformen los sistemas de apoyo que las personas con discapacidad necesitan para forjar sus decisiones y deben sustentar una sociedad justa.
Autora: Mª Paz Valero Fernández. Psicóloga en Futuro Singular Córdoba.