María José Medina ha conseguidos increíbles avances en sus objetivos de vida. Si esto ya es admirable, haberlo conseguido con sobreprotección familiar la sitúa en una de nuestras grandes historias de vida.

En esta evolución, María José ha pasado, de no tener Plan Personal del Apoyo, por el miedo de su abuela, a conseguir firmar un contrato laboral.

Durante este tiempo, tanto profesionales, como el servicio de Apoyo a Familias, han trabajado estrechamente con ella y su familia para que María José defina y consiga sus Planes Personales de Apoyo.

Conozcamos su historia.

María José, tus Planes Personales de Apoyo siempre han estado encaminados a ganar autonomía e independencia sobre tu contexto familiar, ¿Crees que estás avanzando en estos objetivos?

Si ahora sí.

Cuando era joven y mi madre vivía tenía mucha más autonomía. Con ella podía salir los fines de semana, salía a comer con los compañeros de instituto, iba con ellos a la feria…

Pero cuando falleció mi madre, me fui a vivir con mi abuela y a ella le daba mucho miedo que me pasara algo. Entonces perdí mucha autonomía.  

Me sobreprotegía.

Pero ahora, mi abuela ha fallecido recientemente y estoy volviendo a hacer las cosas que me gustan.

Ahora vivo con mis tíos y tengo un poquito más de libertad.

¿Cuáles son las principales dificultades que te has encontrado?

La sobreprotección de mi abuela no me permitido hacer las actividades que yo quería como apuntarme al club de lectura fácil, al grupo de teatro o salir con los compañeros del centro.

Tampoco he podido apuntarme a la carrera de la mujer, y me hubiese encantado participar.

Mi abuela no me dejaba hacer prácticas laborales. Como mucho me dejaba hacer las practicas dentro del centro. Pero no fuera.

¿Qué otros objetivos te has planteado en estos años?

Tenía muchos objetivos.

Aprender a cocinar, a planchar, salir más con los compañeros. 

Aprender a manejar el cambio del dinero y por supuesto trabajar.

También quería trabajar mi imagen personal y comprarme más ropa, mi propia ropa.

Recientemente estás cumpliendo algunos de tus grandes objetivos, ¿los compartes con nosotros?

El gran objetivo es que he firmado un contrato laboral. Estoy realizando tareas de auxiliar administrativo.

También estoy comprando mi propia ropa. Estoy empezando a salir un poquito a caminar por las tardes. Cuando pase el tiempo de luto por mi abuela, espero poder salir más con mis compañeros.

Ya tengo en la cabeza apuntarme al grupo de teatro cuando empiecen las actividades que hay paradas por la pandemia.

También me he incorporado al programa de empleo. Estamos dando formación de riesgo laborales, de los EPIS, de las entrevistas de trabajo, las jornadas laborales…

¿Por qué crees que es tan importante el apoyo de la familia para las personas con discapacidad intelectual?

Porque te ayuda a conseguir tus objetivos laborales y personales.

Con mi madre tenía todo ese apoyo. Ella quería que saliera, que conociera el mundo, que hiciera amistades.

¿Cómo visualizas tu futuro?

Quiero seguir trabajando.

Me gustaría vivir aquí, en el centro de adultos de Futuro Singular Córdoba.

También me gusta mucho viajar. Me gustaría ir a Tierra Santa, a Jerusalén.

Tienes algún mensaje.

Me gustaría que otras personas con discapacidad o sin discapacidad tuvieran un trabajo fijo. Y que los empresarios dieran trabajo a más personas con discapacidad.

Que las familias apoyen los objetivos vitales de las personas con discapacidad intelectual, que respeten sus deseos y los apoyen.

Que no limiten, que den libertad para hacer lo que les gusta.