Ocio sin barreras: el tiempo libre para todas las personas

El ocio y el tiempo libre son una parte muy importante de la vida. Gracias a ellos, las personas podemos descansar, divertirnos, aprender cosas nuevas, compartir momentos con los demás y sentirnos parte de la sociedad.

El ocio no es solo entretenimiento: también es una forma de bienestar, crecimiento personal e inclusión social.

Todas las personas, con o sin discapacidad, tienen el mismo derecho a disfrutar de su tiempo libre. Así lo recoge la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas, que defiende la participación plena en la vida cultural, el ocio y el deporte.

Sin embargo, todavía existen muchas barreras y dificultades que impiden que las personas con discapacidad podamos disfrutar de nuestro tiempo libre. Reconocer estas barreras y buscar soluciones es tarea de toda la sociedad.

Las barreras siguen existiendo. Aunque se han logrado avances en accesibilidad e inclusión, las personas con discapacidad, aún seguimos encontrando obstáculos a la hora de participar en actividades de ocio, cultura o deporte.

Estas barreras pueden ser de distintos tipos:

Barreras físicas o arquitectónicas:

Son las más visibles. Aparecen cuando un lugar no tiene rampas, ascensores o baños adaptados, o cuando los transportes públicos no están preparados. También las encontramos en espacios naturales o deportivos donde el acceso es complicado o peligroso.

Barreras de comunicación y comprensión:

A veces la información sobre actividades no está adaptada. Los carteles, folletos o páginas web usan  un lenguaje difícil, no tienen pictogramas ni lectura fácil, o no disponen de braille ni lengua de signos.

Si la información no es accesible, muchas personas no podemos participar porque no entendemos cómo hacerlo o no sabemos que la actividad existe.

Barreras sociales y actitudinales:

Son las más difíciles de ver, pero las que más pesan. A menudo, las personas con discapacidad no somos invitadas a participar, o se nos trata con lástima o sobreprotección.

También hay profesionales del ocio y la cultura que no han recibido formación sobre inclusión y no saben cómo ofrecer los apoyos adecuados.

Estas actitudes generan exclusión y muchas veces, consiguen que nos sintamos incómodos y poco valorados.

Barreras económicas:

Participar en actividades de ocio para nosotros es más costoso porque, además del dinero de las entradas o el transporte, tenemos que sumarle el coste de los apoyos extras que necesitamos, como acompañantes o intérpretes. Este sobre coste, puede impedir que algunas personas no podamos acceder al ocio.

El ocio no solo sirve para pasar el tiempo. Es una necesidad básica que ayuda a las personas a desarrollarse, a sentirse útiles y a formar parte de la comunidad.

Para las personas con discapacidad, tener acceso a actividades de ocio inclusivo significa poder elegir, participar y disfrutar en igualdad de condiciones.

Un ocio inclusivo también ayuda a cambiar la mirada social sobre la discapacidad. Cuando compartimos espacios, juegos, deportes o talleres, dejamos de ver las diferencias y empezamos a ver a las personas.

Un ocio inclusivo mejora la autoestima, la salud emocional y las relaciones sociales.

También ayuda a romper el aislamiento que muchas personas con discapacidad sufrimos, y fomenta la igualdad de oportunidades. Además, cuando las actividades son inclusivas, toda la sociedad se beneficia.

Para que el ocio sea accesible y participativo de verdad, es necesario que toda la sociedad se implique: instituciones, empresas, asociaciones, profesionales y ciudadanos.

Algunas acciones pueden ser:

Diseñar espacios accesibles:

Todos los lugares donde se realicen actividades (polideportivos, teatros, parques, centros culturales) deben estar adaptados. Esto incluye rampas, ascensores, baños accesibles, buena señalización y transporte adaptado.

Ofrecer información fácil de entender:

Las actividades deben anunciarse en lectura fácil, con pictogramas, subtítulos, braille y lengua de signos. Así, cualquier persona puede conocer la información y decidir si quiere participar.

Formar y sensibilizar a los profesionales:

Las personas que trabajan como monitores, entrenadores, guías, personal de museos, etc. necesitan formación sobre discapacidad e inclusión, saber comunicarse con respeto y ofrecer apoyos adecuados.

Dar voz a las personas con discapacidad:

Es muy importante que las personas con discapacidad participemos activamente en el diseño, organización y evaluación de las actividades. Nadie mejor que nosotros sabemos qué necesitamos o qué nos gusta. Escuchar nuestras ideas y opiniones hace que el ocio sea realmente inclusivo.

Ofrecer apoyos y ayudas económicas:

Deberíamos poder acceder a una fuente de ingresos dignos y estables como el empleo para poder hacer frente al sobre coste de acompañantes o transporte adaptado.  Igual que ayudas económicas o descuentos en las actividades para que nadie  se quede fuera por motivos económicos.

Promover la sensibilización social:

Realizar campañas, talleres y actividades que hablen sobre la inclusión y muestren nuestra realidad. Cuantas más personas entiendan la importancia de la accesibilidad, más cerca estaremos de una sociedad igualitaria.

El ocio y el tiempo libre son un derecho de todas las personas, no un privilegio de unas pocas.

Disfrutar del ocio no solo significa pasarlo bien: también es una forma de crecer, relacionarse y sentirse parte del mundo.

Las personas con discapacidad debemos disfrutar de nuestro tiempo libre en igualdad de condiciones, con los apoyos necesarios y en espacios accesibles.

Para conseguirlo, necesitamos una sociedad que elimine barreras, escuche y actúe.

Cuando los espacios, las actividades y las actitudes se adaptan para incluir a todas las personas, la sociedad se vuelve más justa, humana y rica en valores.

La inclusión no consiste sólo en dejar entrar, sino en hacer sentir que se pertenece.

Porque cuando una sociedad garantiza el derecho al ocio para todas las personas, está creando un mundo donde cada persona cuenta y puede participar plenamente

Autor: Grupo de Autogestores de Futuro Singular Córdoba junto a sus persona de apoyo