La importancia de las rutinas en la infancia
Resumen
Las rutinas diarias, como horarios de comida, sueño, higiene, juego o tareas del colegio ayudan a organizar el tiempo y aportan sensación de estabilidad frente a un mundo que puede resultar incierto.
Las rutinas en la infancia son un pilar fundamental para el desarrollo integral de los niños y niñas, especialmente durante los primeros años de vida. En esta etapa, el cerebro se encuentra en pleno desarrollo y las rutinas diarias ejercen una importante influencia sobre la organización de las conexiones neuronales, la regulación emocional y la relación con su entorno (American Academy of Pediatrics, 2019; Center on the Developing Child, 2011)
Desde un punto de vista genérico, entendemos por rutinas aquellas actividades que realizamos diariamente de forma regular, periódica y sistémica con un carácter ineludible.
Contar con rutinas estables, predecibles y adaptadas a las necesidades de cada niño o niña no sólo favorece la autonomía y el bienestar emocional, sino que también supone una herramienta preventiva y de apoyos fundamental en diferentes situaciones para aquellos que presentan trastornos del neurodesarrollo o en situación de riesgo (Morales, 2019)
La importancia de las rutinas en los primeros años de vida
Durante la primera infancia, la previsibilidad y la estructuración ofrecen un marco de seguridad. Saber qué va a ocurrir a continuación, qué se espera de uno mismo y cómo se desarrolla el día a día permite a los niños y niñas sentirse protegidos y en confianza. Esta sensación de control es la base sobre la que se construye la exploración, el aprendizaje y la autorregulación. (Tomalo Pilatasig et al., 2024)
Las rutinas diarias, como horarios de comida, sueño, higiene, juego o tareas del colegio ayudan a organizar el tiempo y aportan sensación de estabilidad frente a un mundo que puede resultar incierto. La repetición y la constancia no necesariamente son sinónimos de rigidez, si no de confianza y equilibrio (Remorini, 2024).
Desde el punto de vista del desarrollo cerebral, las rutinas favorecen la maduración de las funciones ejecutivas (atención, memoria de trabajo, planificación o control inhibitorio (Center on the Developing Child, 2011). Además, de esta forma al permitir que el niño o la niña anticipe lo que viene y participe activamente en su propio día a día, se fomenta la autonomía, una capacidad primordial en nuestros niños y niñas.
Beneficios de tener rutinas:
- Favorecen la organización mental ofreciendo un marco de referencia: ayuda a que niños y niñas sepan qué acontecimientos tienen en su día a día y se preparen para ellos pudiendo, de esta manera, concentrarse en lo que están haciendo reduciendo la preocupación por lo que vendrá después.
- Aumentan la seguridad emocional: lo predecible reduce la ansiedad y el miedo hacia lo desconocido.
- Actúan como indicador temporal, puesto que aporta una percepción sensorial de los distintos momentos en los que debe efectuarse la actividad, permitiendo saber qué es lo que hay que hacer antes y qué después.
- Fomentan la autonomía: con el tiempo, gracias a tener una rutina, saben que se espera de ellos/as y, al recibir modelados previos, consiguen actuar de manera independiente y autónoma.
- Facilitan la convivencia familiar: al tener claridad en los horarios se reducen los conflictos y las prisas.
- Mejoran hábitos saludables: como el sueño, la alimentación o el estudio ya que se establecen en horarios regulares.
- Desarrollan y potencian procesos cognitivos, con motivo de las posibilidades de aprendizaje posterior que tendrán los niños y niñas respecto a la adquisición de estrategias de planificación y organización de sus aprendizajes. (Zabalza 2010)
Cómo construir rutinas efectivas y flexibles
Para que las rutinas sean realmente beneficiosas, deben adaptarse a la edad, las capacidades y las necesidades de cada niño o niña. Algunas recomendaciones clave son:
- Mantener una estructura predecible, pero con cierta flexibilidad para adaptarse a imprevistos o cambios necesarios.
- Involucrar al niño en las rutinas diarias, permitiéndole tomar pequeñas decisiones o participar activamente (por ejemplo, elegir el cuento de antes de dormir o ayudar a preparar la merienda). Se puede realizar incluso en formato de asamblea, todos juntos creando también así un ambiente de calidez familiar.
- Comenzar por rutinas esenciales: comidas, baño, sueño y colegio. Al principio es importante que la rutina no se vea un desafío imposible de cumplir, luego se irán incorporando otras actividades.
- Utilizar apoyos visuales o auditivos cuando sea necesario, especialmente en el caso de niños con dificultades de comunicación o comprensión. Se pueden usar relojes, calendarios o pictogramas que indique la periodicidad y el paso del tiempo.
- Reforzar positivamente la participación en las rutinas, valorando el esfuerzo y la constancia. Celebra cuando cumplen la rutina, aunque sea con palabras o gestos de cariño (refuerzo social) y muestra los beneficios de seguirla: descansan mejor, tienen tiempo para ir a jugar…
- Modelar con calma y coherencia: los adultos son el principal referente, y su actitud ante los cambios influye directamente en cómo los niños los afrontan. Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice.
- Revisar y ajustar: las rutinas cambian con el crecimiento, someterlas a cambio y adaptación a sus nuevas necesidades es imprescindible.
El objetivo no es imponer una rigidez horaria, sino ofrecer un marco estable que aporte orden, seguridad y sentido al día a día.
¿Qué rutinas podemos trabajar?
Orden
La organización y el orden en su vida cotidiana se reflejará en su organización interior, lo que le proporcionará un mayor nivel de seguridad que le permitirá orientarse y desarrollar su inteligencia mejorando significativamente su rendimiento académico.
Algunas de las pautas a considerar para contribuir a mejorar el orden podrían ser las siguientes:
- Establecer un horario lo más ordenado y claro posible respetándose al máximo por todos y todas.
- Organizar los espacios de su entorno estableciendo un lugar para cada cosa y a su alcance.
- No amontonar materiales ni juegos.
- Enseñar la secuencia de coger de su sitio los juguetes, utilizarlos y guardarlos en su lugar.
- Establecer normas y límites respecto al horario, orden y comportamiento de los niños y niñas de forma que tengan claro en todo momento lo que pueden hacer y lo que no deben hacer.
Higiene
Algunas de las actividades cotidianas relacionadas con la higiene que pueden trabajarse son:
- Control de esfínteres y utilización correcta del inodoro.
- Lavarse las manos, cara y dientes.
- Ayudar en el momento del baño.
- Dejar limpio el lavabo y el aseo después de utilizarlo.
Ofrecer modelos de las diferentes rutinas mencionadas y, en caso necesario, prestar apoyos visuales como pictogramas con la secuencia.
Ofrecer oportunidades para que realicen solos las diferentes rutinas, empezando por momentos en los que se disponga de tiempo.
Vestido
Resulta fundamental trabajar aspectos del vestido en estas edades para alcanzar un mayor nivel de seguridad en ellos/as y autonomía.
Algunas de las actividades que podrían trabajarse en este sentido podrían ser:
- Calzarse y descalzarse. Quitarse y ponerse los calcetines.
- Quitarse y ponerse la chaqueta o el jersey.
- Quitarse y ponerse la ropa de abrigo.
- Abrocharse y desabrocharse los botones
- Subirse y bajarse una cremallera
- Atarse los cordones.
De nuevo, es muy importante hacer de modelos y ofrecer oportunidades para que realicen dichas rutinas.
Alimentación
Comer es uno de los hábitos que generan mayor índice de conflictos entre los mayores y los pequeños.
De hecho, el hábito de la alimentación no sólo está referido a que los niños y niñas sepan utilizar los cubiertos sin ayuda, sino que aprendan a comer de todo, que sepan comer la cantidad que cada uno necesita y que lo hagan en el tiempo establecido, lo que dificulta en mayor medida la adquisición del hábito en su conjunto.
Algunas actividades que podríamos trabajar en relación con los hábitos en la alimentación pueden ser:
- Utilización de los cubiertos (cuchara, tenedor, cuchillo).
- Pelar la fruta con la mano.
- Abrir recipientes.
- Beber en vaso.
- Servirse la comida y el agua.
- Utilizar el babero y la servilleta.
- Recoger la mesa y los utensilios utilizados.
También podríamos promover algunas normas de convivencia asociadas a las comidas tales como:
- Comer sin levantarse de la mesa.
- Masticar con la boca cerrada.
- Esperar su turno
- No invadir el espacio ajeno
- Comer cada uno su comida.
- No jugar con la comida.
Descanso
Los pequeños, al igual que los adultos, deben compaginar estados de agitación y actividad con estados de descanso, por ello resulta imprescindible establecer rutinas que favorezcan que los niños y niñas se acuesten tranquilos, para ello podríamos establecer una serie de rutinas previas al momento de dormir:
- Si al niño o la niña le relaja el momento de baño, puede realizarse antes de dormir.
- Leer un cuento, cantar una canción tranquila, hacer cosquillitas, etc.
- Poner una luz tenue para este momento.
- Y, lo más importante, intentar dormir siempre a la misma hora.
Algunos consejos más cuando cada niño lleva su propio ritmo
Las rutinas son valiosas para todos los niños y niñas, pero especialmente importantes cuando necesitan más apoyo o estructura para sentirse seguros y comprendidos. Algunas pautas para acompañar desde casa podrían ser:
- Usar de agendas visuales
- Empezar y terminar igual cada día
- Repetir los mismos rituales (saludo, canción, despedida) da estabilidad emocional y facilita las transiciones.
- Dividir las tareas en pasos pequeños, menos, es más: una instrucción clara y concreta a la vez evita frustración y favorece la autonomía.
- Reforzar lo que logra, no lo que falta. Valorar cada avance, por pequeño que parezca. El refuerzo positivo construye confianza.
- Acompañar con calma y lenguaje sencillo Frases cortas, tono sereno y contacto visual ayudan a conectar y a comprender mejor.
BIBLIOGRAFÍA:
- www.familiasapoclam.org “RUTINAS Y HÁBITOS EN EDUCACIÓN INFANTIL”
- Circulo infantil, “LA IMPORTANCIA DE LAS RUTINAS Y REGLAS EN CASA”.
- Seamos comunidad-MALETÍN SOCIO-EMOCIONAL.”LA IMPORTANCIA DE LAS RUTINAS Y HÁBITOS PARA ESTABLECER VÍNCULOS SEGUROS”.
- American Academy of Pediatrics. (2019). Caring for your baby and young child: Birth to age 5 (7th ed.). Bantam.
- Center on the Developing Child at Harvard University. (2011). Building the brain’s “air traffic control” system: How early experiences shape the development of executive function. Harvard University. https://developingchild.harvard.edu
- Morales, C. P. (2019). Estudio del engagement en el contexto educativo y su influencia en el desarrollo del niño de Educación Infantil. Tesis Doctoral, Universidad Católica de Valencia. Reportado en noticia de UCV.
- Tomalo Pilatasig, M. S., Villavicencio Castillo, D. M., Vera Castillo, M. J., Armas Venegas, J. L., Almache Pincay, K. I., & Cáceres Cartagena, G. E. (2024). Explorando el rol de las rutinas diarias en la formación de habilidades sociales y emocionales en la primera infancia. Revista Científica Multidisciplinar G-nerando, 5(2), 1466–. https://doi.org/10.60100/rcmg.v5i2.163
- Remorini, C. (2024). La infancia y el tiempo: la obsesión “WEIRD” por la cronologización del desarrollo infantil. SOCIETAS & INFANCIAS, o Revistas Científicas Complutenses. https://doi.org/10.5209/soci.74459
Autoras: Elena Acedo Moraga, Directora CAIT Peñarroya-Pueblonuevo y Beatriz Osuna Sastre, Directora CAIT Castro del Río.

