¿Por qué un servicio de Empleo con Apoyo?

Resumen

El Servicio de Empleo con Apoyo tiene como objetivo la inserción de las personas con discapacidad intelectual en el mercado laboral ordinario

Las cifras hablan por sí solas, según el último informe del Observatorio sobre discapacidad y mercado de trabajo en España, la tasa de actividad (porcentaje de personas que trabajan o buscan trabajo de manera activa) de las personas con discapacidad es tan solo del 34,3%, cifra que desciende hasta el 28.3% si hablamos de personas con discapacidad intelectual.

En lo que respecta a la tasa de empleo en personas con discapacidad intelectual, ésta ha sufrido un retroceso, pasando de un 20,4% en 2019 a un 17,6% en 2020, o lo que es lo mismo, aproximadamente sólo una de cada seis personas con discapacidad intelectual en España tiene empleo.

En cuanto al número de contratos, sólo el 1,59% de los formalizados en 2021, lo firmaron personas con discapacidad y de ese 1,59%, sólo una décima parte de ellos estaba destinado a personas con alguna discapacidad psíquica, siendo los Centros Especiales de Empleo los que aglutinan el 75% del total de contratos realizados a personas con discapacidad en nuestro país.

MODELO DE APOYOS BASADOS EN LA COMUNIDAD

Ante estas cifras, se hace muy necesario articular un servicio que tenga como principal objetivo la inserción laboral de personas con discapacidad intelectual en el mercado laboral ordinario.

El modelo de apoyos basados en la comunidad, recogidos en nuestro último Plan Estratégico son el eje fundamental sobre el que se vertebra todas la acciones y actividades del servicio de empleo con apoyo.

Este tipo de apoyos, que deben ofrecerse tanto dentro como fuera del puesto de trabajo, deben de ser personalizados y tener en cuenta las características, intereses, capacidades y necesidades de apoyo de cada una de las personas.

Además, al llevarse a cabo en entornos normalizados, se favorece de una manera directa procesos de cambio social, en este caso en las empresas donde se insertan los trabajadores.

El puesto de trabajo donde se articulan estos apoyos debe de estar ubicado en una empresa ordinaria posibilitando de esta manera que la persona trabaje rodeada de personas sin discapacidad y en unas condiciones similares que el resto de los compañeros de trabajo en cuanto a remuneración, carga horaria y posición.

LOS PROFESIONALES DE EMPLEO CON APOYO

Pero no podemos hablar de ofrecer unos apoyos adecuados para que las personas con discapacidad intelectual accedan y mantengan un puesto de trabajo en el mercado ordinario sin unos profesionales formados en el ámbito del empleo con apoyo, tal y como planteamos en nuestro último plan estratégico.

Es por ello que a través de la formación online de preparadores laborales desarrollado por el INICO de la Universidad de Salamanca varios profesionales de nuestra entidad ya se forman en este perfil profesional.

Además, gracias a nuestra pertenencia a la Asociación Española de Empleo con apoyo (AESE) y a su Junta Directiva, llevamos a cabo diferentes acciones para impulsar esta forma de empleabilidad: puesta en marcha de proyectos, participación en jornadas de preparadores laborales y congresos estatales de empleo con apoyo, actualización del marco normativo que regula el empleo con apoyo en nuestro país etc.

NUESTRA VINCULACIÓN AL ODS 8

Al igual que el resto de iniciativas planteadas en nuestro IV Plan Estratégico, las acciones y apoyos enmarcados en el servicio de empleo con apoyo, tienden a contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en este caso concreto haremos referencia al número 8

“Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos”.

En concreto queremos destacar la meta 8.5; “De aquí a 2030, lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todas las mujeres y los hombres, incluidos, los jóvenes y las personas con discapacidad, así como la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor

En este sentido puede resultar interesante que hagamos una reflexión en relación con esta meta especifica y lo lejos que puede quedar su consecución, si los gobiernos no dan prioridad a ciertos objetivos y personas, sobre todo si tenemos en cuenta las cifras expuestas al principio del post.

CONCLUSIÓN.

Tradicionalmente las personas con discapacidad y en concreto con discapacidad intelectual se han encontrado con numerosas barreras para acceder al mercado laboral; prejuicio empresarial, miedos, desconocimiento, sobreprotección del entorno etc.

A pesar de que se han producido avances en las últimas décadas, sobre todo a raíz de la aprobación de la LISMI en 1982, las cifras de empleo relativas a la discapacidad intelectual parecen haberse topado con un techo de cristal. Un techo a todas luces insalvable si no se articulan nuevas políticas que favorezcan el acceso de estas personas al mercado laboral; aumenten las cuotas de reserva, se establezcan subcuotas especificas (como si ocurren en las ofertas de empleo público) o se establezcan nuevas medidas de financiación pública que doten de estabilidad a este tipo de servicio.

«Soy feliz trabajando en lo que me gusta»






Francisco José Hidalgo