Altas necesidades de apoyo: juntos, lo consigo

El concepto de Calidad de Vida es un constructo complejo y de límites borrosos. Se trata de un estado de bienestar personal que tiene componentes objetivos y subjetivos y que está influenciado por factores personales y ambientales. Éste no es un concepto nuevo, pero si se le ha dado un nuevo significado y mayor importancia en los últimos tiempos, siendo clave a la hora de mejorar la vida de las personas con discapacidad intelectual.

Los profesores R.L Schalock y Miguel Ángel Verdugo en 2002/2003 plantean un modelo de calidad de vida que contempla ocho dimensiones. Todas ellas tienen posibilidad de mejora en cualquier persona: bienestar emocional, relaciones interpersonales, bienestar material, desarrollo personal, bienestar físico, autodeterminación, inclusión social y derechos. La mejora de calidad de vida se relaciona con la prestación de apoyos a las personas en sus contextos habituales como pueden ser los apoyos para relacionarse, participar en la comunidad, ganar autonomía, control personal, mejorar el comportamiento adaptativo, etc.

¿Qué son los apoyos?

Pero ¿qué son los apoyos?  Los apoyos son recursos y estrategias que persiguen promover el desarrollo, educación, intereses y bienestar personal de alguien y que favorecen el funcionamiento individual. Dependiendo de la intensidad de dichos apoyos, estos se clasifican en:

  • Intermitente: los apoyos se proporcionan cuando se necesitan, lo que significa que no siempre son necesarios, o que sólo son necesarios durante períodos cortos que coinciden con las transiciones de la vida.
  • Limitado: esta intensidad de apoyos se caracteriza por su consistencia en el tiempo, por un tiempo limitado, pero no intermitente.
  • Extenso: se define por la implicación continua y regular, por ejemplo, cada día, en relación a algunos entornos y sin límite de tiempo.
  • Generalizado: la constancia y alta intensidad caracterizan este tipo de apoyo. Se proporciona en distintos entornos y son, potencialmente, para toda la vida. Normalmente son intrusivos y exigen más atención personal que las otras intensidades de apoyo.

Esto es, cuando hablamos de personas con altas necesidades de apoyo, nos referimos a aquellas personas que necesitan apoyo extenso o generalizado en la mayoría de las áreas de habilidades adaptativas.

Intensidad de apoyos y calidad de vida

¿Qué estrecha relación guarda la intensidad de apoyos con la calidad de vida?

A través de una provisión de estrategias de apoyo, se mejoran los respectivos indicadores de cada dimensión de calidad de vida, influyendo de forma directa en ella (Verdugo, Sainz, Gómez et al, 2009).

Las dimensiones con indicadores de calidad de vida que obtienen puntuaciones más bajas, cuando hablamos de “altas necesidades de apoyo” son las siguientes: autodeterminación, inclusión social, desarrollo personal y relaciones interpersonales.

Y ahora, ¿cómo mejoramos nosotros los resultados personales en la práctica diaria?

Desde nuestra Fundación, trabajamos con el objetivo de mejorar la calidad de vida de todas las personas con discapacidad intelectual, haciendo hincapié en las capacidades de la persona y no en sus limitaciones, proporcionándoles en todo momento los apoyos naturales que estén disponibles en el contexto y que respeten sus deseos, metas e intereses, a través de un proceso recogido como “Proyecto Vital”.  Todo ello, implicándonos en el cambio y renovación de la planificación (centrada en la persona), la implementación y la evaluación de los diferentes programas que se llevan a cabo.

Autora: Nazaret Rojano

Terapeuta Ocupacional Centro Futuro Singular Córdoba en Córdoba