Las rabietas, esos momentos…

Recoges a tu hijo/a del colegio con la hora justa para ir a casa, preparar la comida, poner en orden todo lo que esta mañana no te dio tiempo antes de salir de casa, poner la mesa y, cuando parece que ya tienes todo lo que pretendías hacer encaminado… pides a tu hijo/a que deje lo que está haciendo y se lave las manos antes de comer. Preciso momento en el que entra en cólera, se tira al suelo, patalea, chilla y todo el repertorio que un niño es capaz de demostrar en estas circunstancias, ya que no quiere hacer lo que se le pide. ¿Te suena de algo esta escena? Seguro que si. Este es solo un ejemplo de los variados momentos de la rutina diaria de una familia donde aparecen las llamadas “rabietas” de los niños.

CAUSAS Y DURACIÓN DE UNA RABIETA

Estos episodios son habituales y forman parte del desarrollo evolutivo de toda persona,  cierto es que en su aparición confluyen diferentes factores, entre ellos el grado de maduración cerebral del niño/a y que se dan con mayor o menor intensidad en unos niños que en otros. Suelen aparecer a partir de los 18 meses y coinciden con el mayor nivel de independencia que van adquiriendo los niños/as, gracias a que ya caminan solos, tienen capacidad para coger objetos y soltarlos, saben para que sirven las cosas cotidianas, saben decir que no y/o negarse con la cabeza, etc. Normalmente se desencadenan porque hay una necesidad básica que no está cubierta o porque algo no sale como no quieren o desean.  La prolongación de estos momentos no tiene un límite fijado ya que habrá que analizar cada situación de manera individualizada, aunque como se mencionaba con anterioridad la  progresión de  la maduración de las estructuras cerebrales relacionadas con el autocontrol y con la resolución de problemas,  suele indicar el fin de estos episodios, al menos de manera recurrente.

ESTRATEGIAS PARA AFRONTAR LAS RABIETAS

Para la prevención, control y extinción no hay recetas universales. Cada niño/a es un ser único  y como tal merece ser tratado, desde el respeto, la empatía, el cariño y la comprensión. Tenemos que tener en cuenta que el cerebro emocional está muy presente a lo largo de toda nuestra vida y durante los primeros años de manera más incipiente, por lo que ayudar al niño a que identifique sus emociones y saber qué hacer con ellas son elementos básicos para el afrontamiento de estas situaciones.

A pesar de no existir recetas universales, hay  varios ingredientes que deben formar parte de cualquiera de estas recetas: La firmeza, la paciencia y la empatía. O… en quién confiarías para apagar un fuego ¿En quién  trae agua o en quién trae gasolina?

PARA SABER MÁS

Si tienes interés en saber más:

Libros interesantes:

– El Cerebro de los niños explicados a los padres. Autor: Álvaro Bilbao

– Disciplina sin lágrimas. Autores: Daniel J Siegel y Tyna Payne Bryson

Podscast interesantes:

– El Podscast de Educar en Calma. Autora: Elisa Molina

– Educa en positivo, conéctate a tu hijo. Aurora: Mariana Sánchez

Autor:

Agustín Montilla Luque. Coordinador Centro de Atención Temprana