Para Aprosub las familias son un grupo de máximo nivel de interés por lo que, al igual que en el caso de las personas con discapacidad intelectual, contamos con procesos dirigidos a prestar los apoyos necesarios que puedan incidir en la mejora de calidad de vida familiar.

En este sentido queremos desatacar dos procesos que tienen un alto impacto en las familias: Respiro familiar y Formación a familias.

Respiro Familiar

El respiro familiar es un proceso clave que incide directamente en el bienestar de las familias y de las personas con discapacidad. A pesar del demostrado efecto positivo que este servicio supone por la familias se ha visto fuertemente afectado por la situación económica actual, dejando de ser financiado por la administración pública. Aprosub, atendiendo a las necesidades de las familias, optó por mantener el servicio en funcionamiento lo que ha supuesto un importante esfuerzo para la entidad. No obstante el coste que supone para las familias hace que el número de acciones de respiro haya disminuido en los últimos años.

A lo largo de 2014 se han realizado 207 acciones de respiro, lo que ha supuesto un 95% de las solicitudes planteadas.

En cuanto a la satisfacción de las familias con las acciones llevadas a cabo podemos observar que ha sido muy positiva. En 2014, un 87% de las familias puntuaron con 9 ó más, sobre 10, las acciones de respiro realizadas. Lo que su pone un 17% de crecimiento sobre 2013.

Formación a familias

Este proceso está orientado a dotar a las familias de recursos y habilidades que les permita afrontar con mayor seguridad tanto los cambios que se producen en las dinámicas familiares como orientar sus estrategias para el futuro. A lo largo del año se invita a las familias que planteen los temas de mayor interés para ellas y soliciten su participación en las distintas acciones. El volumen de participación sigue siendo bajo, por lo que es un reto importante para Aprosub el aumentar esta participación.

En 2014 la solicitud de participación sobre el total de familias de Aprosub ha sido de un 19,6%. Lo que no sitúa en una tendencia positiva en relación a la participación de las familias. A pesar de ello consideramos que es un nivel bastante bajo, por lo que tenemos que seguir avanzando en esta área. En cuanto a la participación final en las acciones de formación se sitúa en torno al 60% de las familias que demandaron la formación.