El confinamiento en residencia: «Si nos volviesen a confinar, me siento fuerte».

Rosalía Polo, es usuaria del centro Futuro Singular Córdoba en Baena. Ella, ha sido una de las personas que ha pasado el confinamiento en la residencia. Hoy queremos que nos cuente, en primera persona cuál ha sido su experiencia y cuáles son sus expectativas.

  • ¿Cómo asumiste la noticia de la pandemia y del confinamiento?

Mal. Yo estoy acostumbrada a salir y entrar, a ver a mi familia una vez al mes. Estoy en el Grupo de Teatro, voy a clase de mantenimiento para hacer ejercicio físico, salimos al mercadillo…la noticia fue para mí como un “jarro de agua fría”.

  • ¿Cómo han cambiado tus hábitos, tu día a día, en la residencia?

El día a día ha sido más aburrido que antes porque se pararon los talleres y había tareas de cocina, como salir a tirar la basura, que tampoco podía hacer.  Aún así, hemos intentado hacer otras actividades como gimnasia, juegos, clases de zumba. Yo también he aprovechado el confinamiento para escribir y ver algunas películas.

El fin de semana tomábamos un aperitivo para hacer algo distinto.

Una cosa que nos ha encantado es el homenaje que nos prepararon todos los profesionales del centro como reconocimiento a nuestro aguante y nuestra actitud ante el confinamiento. Luego además nos tomamos un aperitivo. Nos gustó mucho.

  • ¿Qué ha sido para ti lo más difícil?

Para mí lo más duro ha sido no ver a la psicóloga ni a mi familia. A pesar del gran apoyo de los profesionales de residencia, les he echado mucho de menos.

Al principio hacíamos videollamadas pero teníamos muchos problemas con las tecnologías porque mis padres no las manejan bien. Al final tuvimos que hacer sólo llamadas telefónicas. Era más cómodo para ellos y la manera más fácil de mantener el contacto.

No se me va a olvidar la emoción que sentí cuando el 30 de junio me dijeron que podía ir a visitar a mis padres. Fue una alegría máxima.

  • ¿Sacas algún aspecto positivo de la experiencia vivida?

Sí, la madurez que he adquirido. Pensaba que no iba a aguantar. Pensaba que iba a explotar y me iba a dar ansiedad, pero hubo algo en mi que me hizo aguantar. Ahora me siento más fuerte que antes del confinamiento.

Otro aspecto positivo es que hemos ahorrado mucho dinerito (risas). Hemos pensado que el año que viene haremos un viaje más grande. A mí me gustaría ir a Londres. Me gusta mucho viajar. Este confinamiento también hemos aprovechado para recordar nuestros viajes y pensar donde nos gustaría ir el año que viene.

Aportación de Sandra Barba (persona de apoyo):

Ha sido capaz de autorregular su ansiedad y su malestar que es uno de sus puntos débiles. Estábamos todos tan preocupados por la situación y por el resto de los compañeros que ella no ha querido añadir más nerviosismo y ha sido capaz de controlarse sola. Ha utilizado mucho las tareas de cocina, que tanto le gustan, para estar tranquila y ocupada.

¿Qué crees que pasará en un futuro?

La verdad es que lo que quiero es una vacuna ya. Ahora salir a la calle es como ir de campamento: la mascarilla, con la que te asfixias, el líquido para las manos… necesitamos muchas medidas para salir. Y lo que realmente me fastidia es ver a gente sin la mascarilla puesta o gente que la lleva en el codo. ¡Nos estamos jugando la salud!

¿Cómo asumirías un poco deseable rebrote y vuelta al confinamiento?

Si nos volviesen a confinar yo me siento fuerte. Intentaría planificar más actividades para hacer y los protocolos ya los conocemos: mantener las distancias, saludar sólo con el codo, los profesionales con mascarilla… Creo que estoy preparada.

Rosalía Polo ha sido una de las personas que ha pasado el confinamiento en la residencia. Hoy nos cuenta su experiencia y sus expectativas.