El poder de las palabras
El pasado sábado 19 de septiembre, aprovechamos el Especial de Empleo que lanzaba Diario Córdoba para presentar nuestro nuevo Centro Especial de Empleo. Singular Centro Especial de Empleo es una iniciativa empresarial de Futuro Singular Córdoba que ofrece oportunidades laborales a personas con discapacidad intelectual en un marco protegido como trampolín hacia el mercado laboral ordinario.
Hoy queremos compartir con vosotros/as el artículo de presentación precedido de una importante aclaración. El titular que aparece en el artículo “Ofrecemos oportunidades laborales a discapacitados” no ha sido citado por nuestra presidenta Ángela Amate. Sin duda, ha sido un desafortunado error por el que el Diario, sólo en privado, ha pedido disculpas.
Sin embargo, y a pesar de este titular, queríamos compartir con vosotros esta entrevista para presentaros el nuevo proyecto de nuestra fundación. Puedes verlo en la galería de imágenes y haciendo clic aquí.
Además, el artículo que a continuación os compartimos, es el escrito que nuestra presidenta, ha mandado Diario Córdoba para sensibilizar sobre la importancia del lenguaje cuando nos referimos a las personas con discapacidad intelectual. El Diario, no ha estimado oportuno publicarlo, pero nosotros no queríamos dejar de trasladar este mensaje que tan importante es para nosotros, para las entidades que trabajamos en el sector y, sobre todo, para las personas a las que prestamos apoyo.
El poder de las palabras para dignificar a las personas con discapacidad intelectual
Por todos es conocido que, en muchas ocasiones, las formas son tan importantes como el fondo. Si con estas formas nos referimos concretamente al lenguaje que empleamos para referirnos a las personas con discapacidad intelectual, estas formas tendrán, además, la capacidad de transformar el mundo.
En las últimas décadas se han producido importantes cambios en este sentido como la incorporación de nuevos conceptos como calidad de vida, paradigma de apoyos o empoderamiento de las personas. También hemos presenciado la redefinición del concepto de Discapacidad Intelectual, que, tanto nuestra fundación, como el resto de las entidades del sector, hemos incorporado con el objetivo de poner en valor a la persona, sus capacidades y habilidades, así como la identificación de sus necesidades, para prestar los apoyos adecuados. Es importante aclarar que cuando hablamos de discapacidad nos estamos refiriendo a la situación que se genera entre las necesidades de apoyo de las personas y las demandas del contexto, por ello la “discapacidad” no “es” o “está” en la persona, sino que es el resultante de la interacción persona / contexto. Por otra parte, al poner el acento en la persona y no en su situación concreta hablaríamos de personas con discapacidad, evitando la adjetivación “persona discapacitada” o el término “Discapacitado”.
Esta puesta en valor de las personas con discapacidad intelectual pasa también, irremediablemente, por el uso de una nomenclatura adecuada que rechaza palabras como “retrasado”, “afectado”, “enfermo” o la ya mencionada “discapacitado” para referirnos a ellas. Bajo nuestro punto de vista, se incurre en una falta de respeto cuando, por ejemplo, se refiere a la discapacidad intelectual como una enfermedad, porque no lo es, cuando se infantiliza la vida de estas personas estando en edad adulta o se usan expresiones como “sufre retraso”, porque ni hablamos de retraso ni hablamos de sufrimiento.
Dignificar la vida de las personas con discapacidad intelectual
Dignificar la vida de las personas con discapacidad intelectual y sus familias, no es sólo misión de las entidades, profesionales e investigadores del sector. Dignificar la vida de estas personas debería ser la misión de una sociedad que persigue la igualdad de oportunidades, la justicia, la solidaridad y el respecto. De una sociedad compuesta por vecinos/as, por empresariado, por dirigentes políticos y por medios de comunicación que sean fidedignos y comprendan el valor trascendental que tienen no sólo sus acciones sino también sus palabras. No sólo el fondo, sino también las formas.
En ocasiones, por recurrir a la economía del lenguaje, por falta de empatía e incluso por mero desconocimiento, se utilizan palabras arcaicas y populares que ya nada tienen que ver con el momento en el que vivimos y con la evolución que, con mucho esfuerzo, se ha logrado a lo largo de los años.
Sería el caso del titular que nos encontramos en el último “Especial de Empleo” de Diario Córdoba del pasado 19 de septiembre: “Ofrecemos oportunidades laborales a discapacitados”. El término “discapacitado” jamás sería empleado ni, por mí como presidenta, ni por ninguna persona de la fundación a la que represento. El desafortunado titular, por el que ya hemos recibido disculpas, es ejemplo claro del poder que tienen las palabras para dignificar o desconsiderar a las personas.
Responsabilidad para cambiar el mundo
Apelamos desde aquí a la responsabilidad individual y colectiva, al reconocimiento del poder que tienen cada una de nuestras acciones y de nuestras palabras, a la confianza que tenemos en que, entre todas las personas tenemos la capacidad de transformar el mundo en que vivimos, de encaminar la evolución vertiginosa a la que no podemos sino subirnos.
Dignificar la vida de las personas con discapacidad intelectual, posicionarlas en el lugar que se merecen y que se han ganado después de años exclusión e incomprensión, está en manos, en boca y en pluma de todas las personas que tenemos algo que hacer, algo que decir y algo sobre lo que escribir.
Entidades como fundación Futuro Singular Córdoba, no trabajamos sólo para prestar apoyo a las personas con discapacidad intelectual para que cumplan sus objetivos vitales y alcancen una vida plena; también estamos a disposición de la sociedad, el empresariado, los organismos públicos y los medios de comunicación para orientarles y apoyarles en su trabajo en relación con estas personas.
Consigamos que dignificar la vida de las personas con discapacidad intelectual esté en boca de todo el mundo.
Ángela Amate Romero, Presidenta de Futuro Singular Córdoba.