Entrevista a Pedro Polo: Secretario de Futuro Singular Córdoba

Pedro Polo Molina forma parte del Patronato de Futuro Singular Córdoba, como Secretario, desde 1990. Su vinculación con nuestra entidad comienza en 1981, año en el que se hace socio al entrar su hija en el C.E.E. María Montessori de Córdoba.

Pedro es una persona que ha dedicado gran parte de su vida en diferentes cargos tanto cuando éramos Asociación como ahora siendo Fundación. Su templanza y sentido de la equidad ha sido fundamental para el Patronato, al igual que sus valores como la honestidad y la sinceridad. 

Cómo comienza tu vinculación con Futuro Singular Córdoba.

Fue en septiembre de 1981, cuando pude matricular a mi hija Mari Loli en el Colegio de Educación Especial María Montessori de Córdoba.

Por qué elegiste este colegio.

Sabía de la existencia de Aprosub, sus Colegios y Centros Ocupacionales por una directiva, madre de un alumno mío.

Desde el primer momento me di cuenta de que había que ayudar al funcionamiento del colegio y me ofrecí con otros padres.  Necesitábamos  que el colegio desarrollara su labor lo mejor posible y nuestros hijos saldrían beneficiados. Formamos parte de la Junta Directiva del APA y del Consejo Escolar.

Cómo y en qué momento entras a formar parte de lo que antes era Junta Directiva y ahora Patronato

En el año 1990 logramos que la Comisión Gestora, que dirigía APROSUB, desde que dimitió la Junta Directiva años antes,  dejara paso a una Junta Directiva  para intentar gobernarla mejor, lograr que los usuarios de los Centros Ocupacionales también tuvieran la plaza concertada, lo mismo que ya tenían los Colegios de Educación Especial. Formé parte de esa Junta Directiva primero como Tesorero y luego como Secretario y ayudé y sigo ayudando con la nueva Junta Directiva surgida con la candidatura de  nuestra presidenta Ángela Amate.

Qué supone para tí formar parte de este Patronato

Para mí es un honor ser patrono de la Fundación Futuro Singular Córdoba. Haber ayudado a cambiar  a muchísimo mejor  la Asociación Aprosub creada en 1970. Considero fundamental que nuestro Patronato gobierne y supervise al Consejo de Dirección, nuestro principal órgano de gestión, para que éste tome decisiones aprobadas por el Patronato.

De todos los valores que aprobamos que debe tener nuestra Fundación pondría en los primeros lugares la honestidad y la transparencia.

Pedro, ante todo eres padre con una hija con discapacidad, cómo habéis vivido estos duros meses de confinamiento.

He vivido y estoy viviendo con mucha preocupación todos estos largos meses de confinamiento. Yo recogía a mi hija, que está en la Residencia de Gravemente Afectados, todos los viernes y  la volvía a llevar los lunes por la mañana. También me la traía en Semana Santa, vacaciones de Agosto, y en Navidad. Así ella me veía y yo a ella, le daba sus paseos, le preparaba y daba su comida, y así teníamos contacto, que no se olvidara de su familia. Espero que cuando pueda  ir a verla, no la note cambiada y se alegre de verme.   

Por otro lado, he llegado a la conclusión de que puede vivir sin mí, nadie es  imprescindible. Pienso en mi nieto de 4 años, si dejara de ver a su madre, a su padre, a su hermanita…                                                         

En fin, lo importante es que tenga unos magníficos profesionales, con verdadera vocación, que la quieran y cuiden bien de ella y los tiene.

En estos 50 años ¿Cuál es la diferencia más importante que has percibido?

La entidad ha cambiado tanto a mejor que no la conocerían los valientes padres de hijos con discapacidad intelectual que en 1970 decidieron unirse, sacar a sus hijos de sus casas, crear Aprosub, moverse muchísimo para conseguir dinero para crear un Colegio y más tarde unos Centros ocupacionales, por varios pueblos de la provincia también y Residencias.        

Hoy día es distinto, se ha conseguido que nuestros hijos tengan una pensión no contributiva, unas plazas concertadas, las personas con menos necesidades de apoyo puedan estar en los Centros Especiales de Empleo, se sienten útiles, hay equipos de Autogestores, algunos tienen pareja, pueden vivir en pisos tutelados. La sociedad no los mira como antes.  

No obstante, todavía falta mucho para conseguir una inclusión total.