El origen de los colegios de educación especial

En las décadas de los 60 y 70 se crean los Colegios de Educación Especial ante la necesidad de escolarizar a niños y niñas con discapacidad intelectual.

A iniciativa de un grupo de padres y madres y con el apoyo de personas y organismos públicos locales, se consiguen los recursos para construir los primeros colegios. Desde entonces hasta la actualidad nuestra Fundación ha puesto en funcionamiento cinco centros educativos en la provincia de Córdoba (Peñarroya-Pueblonuevo, Córdoba, Castro del Río, Montilla y Palma de Río) abarcando las diferentes comarcas de la provincia.

Desde 1982 nuestros colegios se financian a través de los Conciertos Educativos y son los Equipos de Orientación Educativa quienes orientan a los estudiantes a una modalidad de escolarización u otra:

-Modalidad A: Grupo ordinario a tiempo completo.

-Modalidad B: Grupo Ordinario con asistencia a Aula de Apoyo en Períodos Variables.

-Modalidad C: Centro Ordinario con Aula Específica.

-Modalidad D: Centro de Educación Especial.

Los Centros específicos hoy

Las diferentes modificaciones en la legislación educativa desde entonces hasta la actualidad han marcado el devenir de nuestros colegios, centros específicos para alumnado con necesidades educativas especiales. Nuestra especialización y oferta de recursos técnicos (profesionales y materiales) es el eslabón más cualificado de los que presta la Administración Pública en este ámbito. 

El alumnado con necesidades educativas especiales tiene derecho a permanecer en el sistema educativo desde los tres hasta los veintiún años, cursando las distintas etapas de esta modalidad: Formación Básica Obligatoria (FBO) y Programa de Transición a la Vida Adulta y Laboral (PTVAL). Dentro de ellas, se trabaja con el objetivo de potenciar todas las áreas del desarrollo, desde el aprendizaje de materias curriculares y habilidades adaptativas, rehabilitación física y/ o la del lenguaje, habilidades para la inclusión significativa en la comunidad y hasta aspectos relacionados con el ámbito del empleo.

Hacia un modelo de educación inclusiva

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura —la UNESCO— define la educación inclusiva como

“el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades, y reduciendo la exclusión en la educación”.

La Agenda 2030 (ONU 2015), por la cual los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de Naciones Unidas acuerdan alcanzar 17 objetivos para el Desarrollo Sostenible, entre los cuales se encuentra el Objetivo 4 “Educación de Calidad” a través del cual se garantiza una educación inclusiva, equitativa y de calidad y se promueven oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.

En este contexto, la comunidad educativa reflexionamos entorno a la educación inclusiva:

¿Está el sistema educativo preparado para que el alumnado con discapacidad intelectual y grandes necesidades de apoyo se incluya en los colegios ordinarios?

¿El sistema es flexible y garantiza los derechos de este alumnado sin mermar los derechos de otros (compañeros/as, profesionales…)?

¿Podemos conseguir una enseñanza de calidad con la inversión actual en formación, recursos educativos, ratios por aula…?

Esto requiere de una reorganización de la estructura de los centros, la creación de canales de participación y colaboración docente y sobre todo un cambio en la manera de entender la atención a la discapacidad, que deja de ser una tarea de “unos pocos especialistas” y pasa a ser una cuestión global, responsabilidad del sistema educativo en su conjunto.

Iniciativas de Futuro Singular Córdoba hacia el modelo de educación inclusiva

Para ello, nuestra Entidad en su IV Plan Estratégico, recoge varias iniciativas acordes al desarrollo del tema que nos ocupa:

1. Redefinir y aplicar la Cartera de Servicios de Futuro Singular Córdoba en clave de Modelo de Apoyos basados en la comunidad, en condiciones de calidad y viabilidad.
2. Incrementar nuestra incidencia política, tanto a nivel institucional como comunitario, de manera acorde con la Estrategia Europea de la Discapacidad 2021-2030. Uno de los objetivos de esta línea, es impulsar procesos de toma de conciencia, participación y transformación social para alcanzar entornos comunitarios más inclusivos.

Conclusión

Es innegable la necesidad de rediseñar el sistema educativo actual para garantizar la educación inclusiva y de calidad marcada por la ONU y apoyada por las entidades que trabajamos por la plena inclusión de las personas con discapacidad.

Este rediseño podría suponer la transformación de los centros específicos en centros de apoyo para los niños y niñas con altas necesidades, incluidos dentro de un sistema educativo en que se comparta tiempo, espacio, actividades y valores entre todo el alumnado.

Sin duda, una profunda transformación que implica la concienciación, compromiso y  trabajo efectivo de Administraciones Públicas, profesorado y familias en particular y de la sociedad en general.