Desarrollo Social: la importancia de socializar

Seguro que en nuestro día a día escuchamos y hacemos uso del término socializar con bastante frecuencia. Opinamos sobre si una persona es o no sociable o nos preguntamos si nuestros pequeños y pequeñas presentarán alguna dificultad de interacción social, pero… ¿Nos hemos tomado unos minutos para reflexionar sobre qué es exactamente socializar y sobre por qué es tan importante para nuestro desarrollo?

De esta manera, nos parece interesante introducir nuestro post haciendo un recorrido por este término y lo que implica en nuestro desarrollo evolutivo y personal.

¿Qué es socializar?

Entendemos socializar como un proceso mediante el cual el niño o la niña adoptan los elementos socioculturales de su medio ambiente y los integra a su personalidad para adaptarse a la sociedad. Más específicamente, podemos decir que es el proceso por el cual el niño o la niña aprenden a diferenciar lo aceptable de lo inaceptable en su comportamiento. Este proceso es muy importante y debe fomentarse en los niños y niñas desde una edad muy temprana, ya que es en la primera infancia cuando el cerebro presenta una mayor plasticidad y nos permite un óptimo aprendizaje.

Relaciones sociales infantiles

Los niños y niñas son sociables desde edades muy tempranas. A través de sus interacciones sociales, los bebés adquieren nuevas habilidades y destrezas de sus pares más “expertos”. Los pequeños y pequeñas tienen una gran capacidad para aprender del resto de compañeros, y sus interacciones con los demás son muy importantes para el desarrollo a nivel social y emocional. Este aprendizaje está marcado por la imitación.

Las relaciones sociales infantiles suponen interacción y coordinación de los intereses mutuos. En ellas, el niño o la niña adquieren pautas de comportamiento social  a través de los juegos (especialmente entre sus pares). Más concretamente, los niños y niñas con sus contactos sociales desarrollan la forma de contactar con los demás, aprenden a compartir ideas, precisan de la toma de decisiones por sí mismos y aprenden a saber intervenir en sus actividades. Todo ello hace que desarrollen la autonomía, lo  que será esencial para su futuro a todos los niveles.

Y llegados a este punto nos planteamos…

¿Cómo puede contribuir la familia en el desarrollo social de los más pequeños?

El entorno familiar es muy importante, ya que es el que precede a cualquier otro entorno social, por lo tanto es el primer modelo que el niño o la niña tiene para aprender a actuar. La familia tiene el papel de enseñar la competencia emocional y social, fomentando la participación y cooperación. Es necesario que los niños y niñas perciban en este entorno los apoyos instrumentales, sociales y afectivos que necesitan, permitiendo explorar y crecer en sí mismos.

De esta manera, nos parece interesante exponer algunas pautas que podemos llevar a la práctica para fomentar el desarrollo social de nuestros pequeños. Por lo tanto, es interesante que:

  • Propongamos actividades que tengan como fin fomentar la autoestima. Esto puede lograrse si se le felicita y elogia cuando hace cosas bien o termina sus actividades con éxito.
  • Involucremos desde pequeño al niño o a la niña en actividades que deban desarrollarse en grupo, como algún deporte o clase de baile. De esta manera, les enseñaremos cómo ser parte de un grupo, a respetar reglas y a trabajar en equipo para conseguir objetivos en común.
  • Involucremos al niño o a la niña en situaciones donde tenga contacto indirecto con muchas personas. Es beneficioso llevarlo a un parque donde haya más niños y niñas jugando o a fiestas de cumpleaños. De esta manera, tendrá contacto con otras personas y podrá observar cómo actúan y se relacionan los demás.
  • Mantengamos un contacto con los educadores del pequeño o pequeña para conocer cómo se comportan en contextos en los que nosotros no estamos presentes.
  • No obliguemos a los niños y niñas a participar en actividades si ellos no lo desean. Debemos cambiar de actividad y tratar de averiguar la razón de por qué no quieren hacerla.

Es importante que tengamos en cuenta que cada niño o niña es un mundo diferente y que no todos socializan de la misma manera ni al mismo ritmo. Debemos tener paciencia y darles el tiempo necesario para que ellos mismos vayan progresando.

Conclusión

No podemos concluir este post sin hacer alusión a la famosa frase de “Los niños aprenden lo que viven”. Debemos acompañarles, aconsejarles y, sobre todo, ser su ejemplo a seguir. Si nosotros somos seres sociables conseguiremos que nuestros pequeños y pequeñas, poco a poco, también lleguen a serlo.

Referencias bibliográficas:

Pérez, P. M. (2005). La socialización de la infancia en la sociedad de la información.

Revista Galega do Ensimo, 13 (47), 1345-65

Feldman, R. S. (2008). Desarrollo en la infancia, Naucalpa, México: PEARSON Educación.

Calderón, N. (s.f.). La socialización como elemento fundamental. http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/rehabilitacion-temprana/la_socializacion_como_eleme nto_fundamental_1_2.pdf

10 consejos para mejorar la socialización en los niños (Educapeques, 2015). Recuperado de:

https://www.educapeques.com/escuela-de-padres/10-consejos-para-mejorar-la-socializaci on-en-los-ninos.html


Autoras: Isabel María Grande Ortiz y  Aurora Cánovas Moreno.

Especialistas Área del Lenguaje del CAIT Futuro Singular Córdoba – Centro de Córdoba