EN PRIMERA PERSONA

Cuando hacemos mención al término Calidad de vida solemos estar pensando en situaciones o contextos relacionados con el bienestar general de la persona. Es por esto, que actualmente es un término muy usado en ámbitos muy diversos: salud, educación, política, etc.

En el ámbito de la atención a las personas con discapacidad intelectual, es en los años 90 y principio del siglo XXI cuando se produce un cambio más importante generando una visión nueva y diferente.
La posibilidad de tomar decisiones y elegir entre diferentes opciones está estrechamente ligada al nivel de satisfacción que la persona presenta y por tanto en la mejora de su Calidad de vida. Es por ello, que se abrieron nuevas oportunidades para las personas con discapacidad al poder expresar sus gustos, deseos, metas, etc., y así poder tener un mayor control y participación en las decisiones que le afectan.
De acuerdo con Schalock y Verdugo (2002) el concepto de calidad de vida está siendo utilizado como:
– Una noción sensibilizadora que nos proporciona referencia y guía desde la perspectiva del individuo, centrada en las dimensiones centrales de una vida de calidad.
– Un constructo social que sirve como un modelo para evaluar las áreas centrales de calidad de vida.
– Un tema unificador que provee una estructura sistemática para aplicar políticas y prácticas orientadas a la calidad de vida.
La calidad de vida ha sido interpretada de diferente manera por distintos autores, por ejemplo, como un “sentido interno” (Taylor y Bogdan, 1996), como un correlato del temperamento o personalidad (Edgerton, 1996), como un constructo sensible a las influencias antropológicas, sociológicas y psicológicas (R.I. Brown, 2000a), o como un producto de la interacción entre la persona y el ambiente (Rapley, 2000).

La mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y de sus familias es la misión que asume Aprosub y que se materializa en cada una de las acciones, procesos, procedimientos con los que cuenta la entidad. El acento de las actuaciones se pone en la planificación centrada en la persona, la autodeterminación y el ejercicio de sus los derechos.

La planificación centrada en la persona es un proceso de empoderamiento de la persona, donde es él/ella quién define el rumbo de su vida y las personas que van a acompañarle a conseguir esa meta hacia la que se dirige.

Los aspectos más importantes de la PCP son:
– La persona es protagonista de su vida. Es ella quién determina hacía donde quiere ir, define la meta que quiere alcanzar y las personas que quiere que le acompañe.
– Requiere de un análisis profundo por parte de la persona para así poder determinar su meta, partiendo de su situación real y de sus gustos.
– Favorece la participación de su círculo de apoyo, es decir, de aquellas personas que la persona con discapacidad quiere que le acompañe en el proceso
– Mejora la calidad de vida de la persona.

En Aprosub todo esto se materializa en un proceso denominado Plan Personal de Apoyos (PPA) cuya finalidad es “Asegurar que todas y cada una de las personas con discapacidad intelectual a las que se le prestan los apoyos necesarios en los servicios de día y de vivienda de Aprosub tengan un plan personal de apoyos orientado a la mejora de su calidad de vida”.
¿Cómo lo hacemos?
Lo fundamental de todo el proceso es tener presente que el protagonista de todo el proceso es la persona con discapacidad intelectual. El papel del profesional es el de ser facilitador de apoyos.
La persona plantea sus deseos, ilusiones, metas… para así poder configurar un proyecto de futuro a medio plazo (dos años).
Como información complementaria para la elaboración del plan, se cuenta con las escalas de Calidad de vida y la escala de intensidad de apoyos. La escala de calidad de vida nos proporcionará datos cuantitativos de la percepción subjetiva y objetiva de la calidad de vida.
A partir de la meta que platea la persona, los datos arrojados de las diferentes escalas y la observación, se elabora un primer boceto de lo que va a conformar el PPA. Éste se le presenta a la persona y a su familia, momento en el que se dará por definitivo o se recogerán las modificaciones que se consideren oportunas.
Una vez elaborado el plan personal de apoyo, se presenta a los profesionales de atención directa. Posteriormente, la persona junto a su profesional de referencia planifica las actividades/ acciones que van a realizar y están orientadas a alcanzar la meta establecida.

Desde Aprosub apostamos por el acompañamiento a las personas hacia sus sueños, metas, deseos, con el objetivo de mejorar su calidad de vida y su participación cada vez más activa en la comunidad.

María Nájera Lorente
Responsable Técnico UEDTO