Mi familia me sobreprotege porque tengo discapacidad intelectual

“Si, mi familia me sobreprotege en el sentido de que, a la hora de salir de paseo, me dicen, donde vas, ten cuidado con quien te juntas, etc.”

“Cuando mis padres salen de paseo, me dicen siempre, ten cuidado con el brasero, cuando salgas de la ducha, etc.”

“Toda esta sobreprotección me perjudica ya que no me deja ser más responsable y desconfío hasta de mí mismo”

“Mi hermano se ha independizado con su pareja y hace lo que quiere, y yo no”

“Pienso que la desconfianza es porque mi familia no confía en la sociedad y cree que todas las personas me pueden hacer daño y no todas lo van a hacer o van a vulnerar mis derechos.”

“A mi familia les digo que confíe más en mi y me de más dinero para salir y un café en mi centro, que yo también tengo derecho a tener pareja como mi hermana o cualquier persona, que me deje un poco más el móvil, que no me cojan mi móvil y me lo miren sin mi permiso, mi hermana no me apoya mucho en mis decisiones”

La sobreprotección de las familias hacia las personas con discapacidad intelectual es un comportamiento que nace del amor que los padres tienen por sus hijos, pero que a veces se centra tanto en la percepción de debilidad y vulnerabilidad que hace que, sin quererlo, se convierta en un limitador de la vida de las personas.

Los efectos tanto de la subestimación como de la sobreestimación pueden ser igual de negativos contribuyendo ambos a generar cierto miedo y frustración que limitan un adecuado desenvolvimiento en la vida cotidiana.

El exceso de protección en personas con discapacidad puede conllevar:

  • Miedo e inseguridad en su propia capacidad de enfrentarse a dificultades cotidianas. Por mucha confianza que una persona pueda llegar a tener, si percibe que el resto de su entorno no confía en sus posibilidades, es muy probable que aumenten las dudas e inseguridades sobre uno mismo y sus capacidades.
  • Dificultades sociales y de comunicación que ya, de por sí, pueden tener y que nunca superarán si siempre se habla por ellos. Las personas se vuelven más tímidas y aisladas y sólo se desenvuelven en un círculo reducido, habitualmente familiar.
  • Falta de responsabilidad de sus actos. La toma de decisiones implica asumir responsabilidades sobre las consecuencias de estas. Tomar decisiones contribuye al empoderamiento de las personas con discapacidad y hacerles conscientes y responsables de sus repercusiones.
  • Enfado y rechazo a la unidad familiar al observar diferencias de trato con otros miembros.
  • Construcción de una barrera física y mental al cumplimiento de los objetivos vitales y los sueños de cada persona.

El primer paso que las familias pueden dar en este sentido es combatir sus propios miedos y centrarse en el conocimiento de las capacidades y habilidades reales de las personas con discapacidad. En este camino pueden convertirse en apoyos naturales que refuercen la autodeterminación de su familiar.

Más positivo, aunque quizás más difícil, que evitar dificultades, es permitir que se enfrenten a ellas y orientarles para que aprendan a gestionarlas, superarlas y aprender de las mimas.

Es importante también, fomentar la toma de decisiones y hacerles responsables de tus actos. De la misma forma que favorecer las interacciones sociales, la realización de actividades de ocio, cultura y deporte y la pertenencia a grupos fuera del entorno familiar.

Todo ello, les permitirá ganar confianza, sentirse más seguros dentro y fuera de casa y dotarles de argumentos para superar las barreras sociales que, por desgracia, siguen existiendo.

En Aprosub, tanto el personal de apoyo como los profesionales de psicología y servicio a familias, trabajamos la autodeterminación de las personas con discapacidad intelectual y les prestamos apoyo para se expresen libremente. De la misma forma, trabajamos estrechamente y hacemos de enlace con sus familiares para superar barreras y convertirles en pieza clave de empoderamiento de las personas tanto en la niñez como en la vida adulta.