¿Orientador o preparador laboral?

Las personas con discapacidad intelectual se encuentran a la cola en cuanto a tasas de actividad y empleo, ya no sólo dentro del denominado grupo de personas en “exclusión social” sino también en relación con las personas con discapacidad en general.

En este sentido y para comprender mejor la realidad de estas personas, nos gustaría abrir un espacio de análisis, reflexión y comparación sobre lo que verdaderamente hace únicos a los servicios de Empleo con Apoyo y los diferencia de otros servicios de orientación laboral o agencias de colocación tradicionales.

USUARIOS:

Un servicio de Empleo con Apoyo tiene como destinatarios finales aquellas personas con discapacidad que puedan presentar determinadas necesidades de apoyo para acceder y mantener un puesto de trabajo determinado. Esto implica que, en este caso, no sólo el curriculum, capacidades y habilidades son los aspectos más importantes para la inserción sino los apoyos necesarios y cómo estos se prestan.

Precisamente esta metodología de trabajo se replantea el concepto tradicional de inserción laboral: primero formación y segundo colocación. En este caso, se pone el énfasis en colocar al trabajador en un puesto de trabajo determinado, para posteriormente prestarle el apoyo necesario para su desempeño. Aunque, evidentemente, se trabajará para que la persona obtenga formación previa al respecto.

PROFESIONALES:

En los Servicios de Orientación Laboral, el profesional, hace una valoración curricular de la persona para ofrecerle puestos de trabajo que se adapten a su formación y que, una vez conseguidos, no requieren seguimiento. El Servicio de Empleo con Apoyo, se sirve de la figura del Preparador Laboral para identificar las capacidades de la persona con discapacidad, buscar un puesto de trabajo para ella y prestarle los apoyos necesarios durante el periodo de acompañamiento hasta su completa adaptación.

Las funciones de un preparador laboral son más pausadas y la intervención debe estar más secuenciada: análisis de las capacidades y necesidades de apoyo de la persona, análisis de puestos de trabajo y sobre todo, acompañamiento y entrenamiento del usuario en el mismo puesto.

El desconocimiento de esta metodología por parte de las empresas ocasiona falta de oportunidades para las personas con discapacidad intelectual por inseguridad sobre la efectiva consecución del puesto.

La falta de apoyos a personas con discapacidad insertadas en el mercado laboral ORDINARIO puede complicar la adaptación de esta al puesto ocasionándole desmotivación y frustración. Además, desde el punto de vista empresarial, puede haber una percepción más negativa aún hacia las personas con discapacidad

Evidentemente, las empresas tienen gran parte de responsabilidad en la baja tasa de actividad y empleo de las personas con discapacidad, (el 80% de las empresas incumple la cuota de reserva del 2% en favor de las personas con discapacidad) pero quizás también sería necesario hacer una reflexión desde los propios servicios de orientación ¿Se le está ofreciendo a cada persona con discapacidad intelectual el apoyo que realmente necesita para que pueda mantener su empleo? ¿Y al empresario? Creemos que si se analiza las verdaderas necesidades de apoyo de la persona y se lleva a cabo la intervención de una manera adecuada, ofreciéndole a la persona los apoyos que realmente necesita, las personas con discapacidad intelectual son igual de competitivas o más, que el resto de personas, con y sin discapacidad.

ENTORNO LABORAL ORDINARIO

En sentido estricto, los servicios de Empleo con Apoyo tienen como una de sus características principales el fomento del empleo en empresas ordinarias, donde la mayoría de las personas que trabajan en ellas no tienen discapacidad, en detrimento en este caso de los centros especiales de empleo (empresas donde como mínimo el 70% de los trabajadores tienen discapacidad)

Por desgracia, estos servicios todavía no ocupan un lugar de peso debido sobre todo a la escasez de recursos destinados para la prestación de apoyos a través de preparadores laborales. Normalmente los recursos mayoritariamente van destinados a la otra modalidad de empleo para personas con discapacidad; los centros especiales de empleo, que, si bien cumplen una gran labor por la inserción laboral de personas con discapacidad, se alejan del componente inclusivo que supone para las personas con discapacidad trabajar en un contexto comunitario.

Creemos  que es muy importante realizar una valoración de la situación más allá de las cifras de personas insertadas y los contratos celebrados, haciendo hincapié en la realidad de cada persona, sus capacidades y sus necesidades de apoyo. En este sentido los servicios de Empleo con apoyo deben seguir  trabajando  por posicionarse con un servicio de referencia ya no solo para la atención a personas con discapacidad intelectual sino para todas en general.

Álvaro Castellanos Andújar

Responsable Servicio de Empleo con Apoyo

Preparador Laboral