Paco Rivera: «Esta pandemia ha sacado lo mejor de las personas».

Paco Rivera, es Profesional de Atención Directa en Futuro Singular Córdoba. Él es uno de los profesionales que ha prestado servicio en nuestra residencia de adultos de Córdoba durante el confinamiento ocasionado por la pandemia del Covid-19. Hoy nos dedica esta entrevista para contarnos cómo ha sido su experiencia.

¿Cómo os enfrentaseis al momento en que tenéis que explicar a los usuarios/as lo que está aconteciendo y la drástica medida del confinamiento?

Al principio con bastante desconcierto porque para nosotros también era una situación nueva. Desconocíamos como iba a evolucionar todo, las consecuencias que podría tener… nos resultó difícil de explicar. Muchos de nuestros usuarios/as tienen una rutina muy activa, con salidas casi diarias a la comunidad y la obligación de detenerlo todo drásticamente no la acababan de comprender. Sus reacciones al principio eran de inseguridad y negación, pero tras mucha comunicación con ellos/as entendieron, finalmente, que el confinamiento era lo mejor para su salud y la de todos sus compañeros.

¿Cómo se ha desarrollado el día a día en el centro? ¿cambiasteis muchos hábitos?

Nuestro día a día cambia completamente. En primer lugar, los usuarios/as de residencia que asisten por la mañana a Terapia Ocupacional, ven como los compañeros/as que venían desde sus casas ya no lo hacen. Dejaron de compartir ese trabajo, vivencias, ocio… Por eso tuvimos que readaptar esas actividades.

Pero lo que más cambia sin duda es la rutina de salidas a la comunidad y todas sus actividades de ocio. Pasamos de tener salidas todos los días a tener que plantear un “ocio interno” para cubrir este tiempo y esa necesidad. Tras reunirnos con la dirección y los responsables técnicos, preguntamos a los usuarios/as qué es lo que les gustaría hacer dentro de las posibilidades que ofrece el centro. De esta consulta salen actividades preciosas como el taller de lectura al aire libre en los jardines y huerto y el montaje de la Caseta de Feria con la que pudimos celebrar el mayo cordobés.

Y por supuesto, incorporamos a nuestro día a día, todos los protocolos y medidas de seguridad para prevenir contagios: reajustamos el espacio de comedor, toma periódica de temperatura, desinfección continua de manos, uso de mascarillas y pantallas por parte de los profesionales…

¿Cuáles son las principales dificultades que os habéis encontrado?

Sobre todo, el cambio de rutinas. Ellos tienen unas rutinas muy marcadas con las que sienten seguridad y orden. Ahora, esas rutinas tienen que cambiar y ellos deben readaptarse a ellas.

Otro aspecto complicado fue perder el contacto físico con sus familias. Muchos de nuestros usuarios/as no pudieron pasar el confinamiento en sus hogares (como ellos/as hubiesen querido) por la situación familiar y eso al principio les provocó mucha tristeza y muchísimos nervios. También fueron complicados los periodos clave como Semana Santa o Feria en los que ellos salían del centro. Por eso intentamos fomentar las videollamadas continuas para que, aunque fuese de forma virtual, siempre mantuvieran el contacto con sus familias.

¿Cuál ha sido la actitud generalizada tanto de profesionales como de usuarios/as?

La actitud general ha sido buena, pero hemos tenido una especie de curva. El primer mes lo asumieron relativamente bien, pero pasadas las primeras semanas comienza la ansiedad y notamos algunos trastornos de conducta. Ahora, a pesar de que poco a poco, volvemos a la normalidad, con las visitas de los familiares también percibimos más nerviosismo. Tenemos que entender que ahora, cuando ya se estaban habituando a la rutina del confinamiento, la volvemos a cambiar para adaptarnos a la “nueva normalidad”.

Pero la verdad es que en líneas generales tanto la actitud de los usuarios/as, de los/as profesionales y de las familias ha sido muy buena. Las familias nos han ayudado mucho en el apoyo moral y han seguido perfectamente todas las directrices en cuanto al contacto y las videollamadas.

Si es cierto que, entre los profesionales, siempre ha habitado el miedo del contagio. Sabíamos que nosotros éramos los únicos que entrábamos y salíamos del centro y que, a pesar de extremar todas las precauciones, la posibilidad de contagio existía. Sin embargo, con el transcurso de las semanas ese miedo se fue diluyendo.

¿Cómo habéis superado los momentos más delicados?

Estando unidos. La verdad es que todos los usuarios/as han demostrado las grandes personas que son. Se han ayudado muchísimo entre ellos, pero también nos han ayudado mucho a los/as profesionales. Se llevan la medalla al comportamiento y actitud.

También hemos tenido mucho apoyo de las familias. Se han adaptado perfectamente a los protocolos y nos han ayudado a levantar el ánimo a su familiar si ha habido momentos de flaqueza.

Otro punto importante para superar este momento ha sido el apoyo de la dirección. Todos los profesionales nos hemos sentido muy arropados y eso nos transmite seguridad y confianza. La verdad es que en estos momentos se ha demostrado el gran valor humano y profesional del equipo. Hemos permanecido muy unidos e incluso nos hemos hecho grandes amigos. También es importantísimo para mi, la gran relación de afectividad y empatía con los usuarios, imprescindible bajo mi punto de vista para sobrellevar todo esto. Quiero destacar que una compañera de residencia, propuso grabar un video donde los profesionales mostrábamos nuestro cariño y agradecimiento a todos los usuarios/as de nuestra residencia de adultos y cuando lo visualizamos juntos fue un momento muy emotivo. Esta pandemia ha sacado lo mejor de las personas.