Calidad de vida familiar en momentos de confinamiento

Climent Giné es Doctor en Psicología y Profesor emérito de la Facultad de Psicología, Ciencias de la Educación y del Deporte Blanquerna de la Universitat Ramon Llull.


Ha sido Investigador principal del Grupo de Investigación “Discapacidad y Calidad de Vida: Aspectos Educativos” desde sus inicios; sus principales áreas de investigación se centran en el ámbito de los servicios y la calidad de vida de las personas con discapacidad y sus familias, en particular en el ámbito de la atención temprana.

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La opinión

Me imagino a las familias de Futuro Singular Córdoba luchando día a día para atender a las necesidades de todos sus miembros en estos momentos tan complejos e inciertos que nos toca vivir. Familias muy distintas, en cuanto a composición, creencias, valores y situación, como diversa es la sociedad en la que vivimos; con hijos e hijas de distintas edades y con roles, intereses, obligaciones asimismo diferentes.

Gestionar el día a día es realmente tarea de gigantes, sobre todo cuando en la familia hay personas con discapacidad intelectual a quienes les cuesta comprender lo que está pasando, que ven que sus rutinas de golpe han cambiado, a pesar de las explicaciones de padres,  hermanos y profesionales. Cambios, en definitiva, que fácilmente pueden crearles mayor ansiedad y desconcierto que pueden traducirse en comportamientos difíciles de comprender y encajar por el resto de miembros de la familia.

Una situación, en definitiva, merecedora de todo mi reconocimiento, apoyo y admiración por el esfuerzo sostenido de las familias y por su firme convicción de que hay que sobreponerse y continuar al lado de los que ahora más sufren.

Calidad de vida familiar en el confinamiento

En estos momentos, hablar de calidad de vida familiar, pudiera parecer de entrada un sinsentido, cuando no, una provocación. Y, sin embargo, no lo es. Quizás nunca haya tenido más sentido el preocupase por el bienestar de toda la familia y comprometerse, a pesar de todo, a crear condiciones que mejoren el bienestar físico y emocional de todos los miembros de la familia; es decir, promover la calidad de vida de toda la familia.

Como sabemos, las familias constituyen el entorno social más importante en la vida de todos sus miembros y es en él donde encontramos las oportunidades para el desarrollo, para la realización personal de cada uno y, en definitiva, para cumplir nuestras metas y ser feliz, condiciones básicas de una vida de calidad.

Dentro de una familia, la vida de un miembro está en constante interacción con la del resto de miembros, por lo que el hecho de sentirnos todos bien (calidad de vida familiar) va a depender también de que cada uno pueda cumplir sus sueños y ser feliz (calidad de vida individual). Ser feliz y contribuir a la felicidad de los demás. La familia se concibe, pues, como un sistema en continua interrelación.

En definitiva, existe una relación de interdependencia entre la realidad de cada uno de los miembros y la percepción de bienestar familiar. En estos momentos de crisis sanitaria y social aguda, la pregunta que cada uno debería formularse es cómo puedo contribuir (personal, familiar e institucionalmente) a que todos los miembros de una familia se sientan mejor a mi lado, sin renunciar en ningún caso al propio bienestar. No podemos olvidar que, en esta interacción dinámica, la experiencia de la discapacidad dentro de la familia probablemente afecte a sus miembros y a su percepción subjetiva de la calidad de vida.

Medidas para el bienestar familiar

Hemos señalado que entendemos a la familia como un sistema y, como tal, se puede ver afectada por distintos niveles de acción tanto positivamente como negativamente; así pues, el objetivo sería cómo puede promoverse su bienestar a partir de tomar en consideración algunas medidas. A un nivel más próximo, todos, especialmente los padres, deberían prestar atención a que todos los miembros, incluyendo a los propios padres, puedan atender algunas de sus necesidades, las más prioritarias, que evidentemente tomarán formas distintas en cada miembro.

Las organizaciones deberán adaptar sus servicios a la realidad presente para que sean accesibles a todas las familias, preguntando por sus necesidades y prioridades. Los profesionales deberán atender a las necesidades de las personas que normalmente están a su cargo, pero extendiendo también su preocupación a las familias. Estoy seguro de que ya se está haciendo así, y que todos y todas los que conforman la Fundación Futuro Singular Córdoba están fuertemente comprometidos con la promoción del bienestar de todas las familias.

El bienestar de los profesionales

También las organizaciones deben cuidar a sus profesionales, facilitando los medios, la flexibilidad, y el apoyo necesario para que cumplan su misión. El bienestar de los profesionales es condición para la eficacia de su labor con las familias y es un activo irrenunciable de la organización. La idea de sistema interrelacionado cobra también sentido aquí.

Lo único que quisiera enfatizar, para terminar, es que en estos días nos esforcemos más en escuchar la voz de las familias, padres, hermanos, personas con discapacidad y profesionales. No demos por hecho lo que necesitan; preguntemos y procuremos ser creativos e innovadores en nuestra respuesta.

Queremos agradecer al profesor Climent Giné su colaboración con el blog de Futuro Singular Córdoba compartiendo sus reflexiones sobre el bienestar de las familias de personas con discapacidad intelectual en el confinamiento.