Ciudades más accesibles y cultura inclusiva. Tenemos derecho a disfrutar de la cultura en igualdad de condiciones.

Rocio Ortega asiste a la Unidad de Día con Terapia Ocupacional de nuestro centro en Córdoba. A Rocío le encanta leer, disfruta del ocio que le ofrece la ciudad y es amante de la interpretación. Hace un año se inscribió a la Asociación Amistades, una asociación de mujeres de Córdoba, que, entre sus muchas actividades tiene un grupo de Teatro. Rocío es la única persona con discapacidad intelectual que asiste al grupo, y es que, en este ámbito, sólo importa la capacidad de interpretar, transmitir y de relacionarse con el equipo y con el público, y de esta capacidad a Rocío le sobra.

Rocío, ¿cuanto tiempo llevas en esta asociación y qué te motivo a entrar en ella?.

Llevo aproximadamente un año. Todo fue porque Carmen del Rey, que es la directora de la obra de teatro en nuestro centro de Futuro Singular Córdoba, me propuso participar en otro grupo de Teatro, de esta asociación, que ella también dirigía.

¿De dónde viene tu interés por la interpretación?

Creo que interpreto desde que era joven. Antes de estar en Futuro Singular Córdoba estuve en otras entidades y en todas estaba en el grupo de teatro o en el coro, según la asociación. Siempre ha sido decisión mía formar parte de estos grupos.

Gracias a esto, he viajado mucho. Recuerdo haber estado en Coín, en Ceuta y en Madrid. En Córdoba también, de hecho, es la ciudad donde más he actuado, incluido el Gran Teatro.

Pero no sólo he participado en los grupos de teatro, también he colaborado en desfiles benéficos en el Círculo de la Amistad y he cantado con otro coro en los hospitales de San Juan de Dios y Reina Sofía.

¿Te resulta complicado aprenderte los textos?

La verdad es que sí, me resulta complicado. Los aprendo sola y se necesita mucho tiempo y mucha constancia. Ahora con las obras que preparo en Futuro Singular Córdoba y con la Asociación Amistades, tengo entre 7 meses y un año para aprenderme los textos. Los textos ¡y los acentos! Porque a veces tenemos que interpretar con un acento distinto al nuestro.

En la Asociación Amistades, además, en el momento de la actuación, nadie te puede “chivar” el texto, por lo que siempre tengo la presión de que no se me olvide.

En las obras que trabajamos en la fundación, sí que disponemos de una persona de apoyo que nos puede ayudar si en el momento de actuar se nos olvida el texto.

¿Qué sientes cuando actúas?

Nervios, muchos nervios. Después es verdad que esos nervios hacen que lo vivas más. A veces también tengo miedo de olvidar los textos, aunque en la fundación estoy un poco más tranquila en eso.

Lo mejor es cuando finalizas la obra porque sientes una alegría tremenda. Yo me siendo muy satisfecha.

¿Cuál es la última obra que estabais ensayando?

La última obra ha sido precisamente con la Asociación Amistades: “Aromas de café”.

Se iba a estrenar el 28 de marzo, en el Teatro Avanti, pero con el estado de alarma por el Coronavirus todo se paralizó y nos quedamos a unos días de actuar.

¿Cómo te sentiste ante esta situación?

Me dio mucha pena. Pero tenemos que pensar que ha sido una situación que ha afectado a todo el mundo. Yo creo que se hará más adelante, cuando todo pase. Espero que se retome en 2021.

Ahora que llevamos aislados tantas semanas ¿echas menos todas las actividades que hacía antes?

Las echo mucho de menos: salir por la tarde, los “paseítos”, bailar, ir al teatro, el refresco después del teatro…

Eres gran consumidora de la vida cultural que ofrece Córdoba ¿crees que Córdoba es una ciudad accesible?

No, ni Córdoba es accesible ni muchas otras ciudades lo son. He estado en museos de Córdoba, Málaga, Jaén, Sevilla y Madrid y en ninguno había información accesible. Te frustra mucho llegar hasta el museo, leer todos los paneles informativos para conocer lo que estás viendo y no comprender la mayoría de ellos. Eso hace que, aunque hayas ido con ilusión, acabes aburriéndote porque no entiendes lo que lees y, por tanto, lo que ves.

¿Tienes algún mensaje?

Tengo varios mensajes. Para el Gobierno y los Ayuntamientos: que las ciudades sean más accesibles y apuesten más por la cultura inclusiva. Que podamos salir y disfrutar como el resto de las personas, entendiendo todo lo que nos rodea.

Y para el resto de las personas con discapacidad intelectual, animarlas a leer mucho, en lectura fácil y que disfruten de la vida cultural que les ofrece su ciudad.