Es casi obligado comenzar este post definiendo qué es cultura inclusiva, ya que, en muchas ocasiones se confunde con otro tipo de actividades que, pueden tener relación con la cultura y las personas con discapacidad, pero no con la inclusión.

¿Qué es Cultura Inclusiva?

Cultura Inclusiva es aquella contribuye a la participación de las personas con discapacidad tanto en su consumo y disfrute, como en la creación y en el proceso. Desglosemos cada uno de estos conceptos:

Cultura inclusiva: el consumo y disfrute

Para garantizar el consumo y disfrute de todas las personas, la cultura tiene que responder a los criterios de accesibilidad universal. Esta accesibilidad universal debe darse los contextos donde se manifieste y se acceda a ella en condiciones normales. Esto implica que las personas con discapacidad deben acceder en igualdad de condiciones que el resto de las personas. Lo que puede requerir aspectos como los siguientes:

Accesibilidad cognitiva: garantizando la compra fácil de entradas (con webs y mostradores accesibles fáciles de utilizar y entender) y la comprensión de catálogos, programas, folletos, señalética, edificios y salas (definidos en lectura fácil y usando pictogramas).

Accesibilidad física: garantizando el acceso para personas en sillas de ruedas y con movilidad reducida, con rampas y elevadores homologados.

Accesibilidad sensorial: que englobaría la accesibilidad visual (utilizando braile y/o sistemas auditivos de autodescripción) y la accesibilidad auditiva (utilizando lengua de signos, subtítulos o bucles de inducción magnética)

Cultura inclusiva: la creación

Este concepto parte de la premisa de que todas las personas tenemos la capacidad de expresarnos a través del arte. Aun cuando las personas muestren dificultad de expresión verbal u otras, el arte se puede prestar como una herramienta útil, bella y profunda para expresar lo que sentimos.

Así, la cultura inclusiva, no distingue la condición de discapacidad de una persona, sino su condición de artista sin más.

Cultura inclusiva: el proceso

Las personas con discapacidad también pueden participar en la cultura siendo agentes activos del proceso. Podemos encontrar así equipos de montaje y desmontaje en los que trabajen personas con discapacidad que se especialicen en arte, asumiendo, por ejemplo, el cuidado de las obras y desarrollando criterios expositivos (iluminación, alturas, espacios, sistemas de anclajes y situación en vitrinas etc) o audiovisuales en los montajes de sonido e iluminación.

Dificultades que encuentra la cultura inclusiva

Conseguir que la cultura sea 100% inclusiva, no es fácil en el entorno actual. Las principales dificultades que encuentra son:

Económicas:

Garantizar la cultura inclusiva conlleva inversión económica tanto en la adaptación física de las ciudades y localizaciones (edificios y salas expositivas) como sensorial y cognitiva (invirtiendo en sistema de traducción, señalética y definición en lectura fácil por profesionales especializados).

Concienciación:

En los últimos años, hemos normalizado la necesidad de adaptar físicamente los espacios a personas con movilidad reducida en todos los ámbitos de la vida, y por tanto también en el cultural.

Sin embargo, aún cuesta asumir la capacidad de creación de las personas con discapacidad y normalizar así su participación junto al resto de artistas. Esta falta de concienciación la encontramos en todos los estadios, desde las entidades culturales promotoras, hasta artistas, administraciones públicas y sociedad en general.

Apoyo institucional:

Conseguir progresivamente la celebración de más actos de cultura inclusiva, requiere irremediable el apoyo institucional. Con este apoyo, el alcance del trabajo de entidades como Futuro Singular Córdoba podría ser mucho mayor y tener mucho más impacto social.

La necesidad de recursos, de difusión, de disposición de espacios y de reconocimiento es una barrera que se podría reducir con el apoyo de instituciones políticas y culturales.

La apuesta de Futuro Singular Córdoba por la cultura inclusiva

Futuro Singular Córdoba, siendo fiel a su misión y reconociendo que cada persona es única y diferente y, por tanto, requiere de apoyos personalizados, lleva años apostando por la cultura inclusiva, especialmente, en la fase de creación.

Esta apuesta no es más que la respuesta que damos, a tantas personas con discapacidad intelectual a las que prestamos apoyo que, muestran gusto y capacidad para crear arte.

Esta respuesta se materializa en:

• Ofrecer herramientas de expresión a través de cursos y talleres que descubran y practiquen distintas técnicas.
• Organización de grupos específicos de trabajo continuo, como los Clubes de Lectura fácil, Grupos de Teatro y el Grupo Literario, con una trayectoria de 15 años escribiendo y recitando poesía),
• Organizando exposiciones, certámenes y representaciones en entornos comunitarios destinados a la cultura para acercarlas a toda la sociedad.

Además, nuestra fundación, trabaja intensamente en la concienciación que apuntábamos antes, incidiendo en las instituciones políticas y culturales como en el resto de la sociedad con campañas de difusión y acercando nuestro arte al mayor número de personas posible.

En conclusión, alcanzar una cultura inclusiva real y completa es un trabajo, no sólo de las entidades que trabajamos para las personas con discapacidad, sino de todos los agentes implicados. Reconocer la capacidad de todas las personas de crear cultura es el paso previo para apoyarla, invertir en ella y disfrutar de ella.

Autora: Esther Barbero. Responsable de comunicación.