Entrevista a Adelardo Aguilar: Tesorero de Futuro Singular Córdoba

Adelardo Aguilar forma parte del Patronato de Futuro Singular Córdoba desde el año 2000. Ha ejercido los cargos de Vocal, Secretario y Tesorero en estos 21 años.

Su implicación, no sólo con nuestra fundación sino con todas las personas con discapacidad, le motivó también a formar parte del Consejo Asesor de Inclusión del Ayuntamiento de Córdoba.

Conozcamos mejor a nuestro patrono.

En anteriores entrevistas, hemos comentado la importancia de que nuestro Patronato esté formado por padres y madres y de personas con discapacidad intelectual.

¿Cuál crees que es el valor principal que desde vuestra posición aportáis a la fundación?

Como padres o madres de una persona con discapacidad, indudablemente tenemos una visión distinta de otra que no lo sea.

No quiere decir que por esto estemos más preparados para gestionar mejor el Patronato, sino que vemos las necesidades de las personas con discapacidad mejor; sabiendo priorizar sus necesidades, con mas empatía y comprensión.

Quizás tengamos más desarrollada la sensibilidad para saber lo que necesitan o van a necesitar las personas con discapacidad en todas las etapas de su vida, sin olvidar a sus familias.

Aportamos la experiencia y el día a día vivido con estos hijos, por lo que pienso que te da un conocimiento más amplio.

Se nos plantean además otras necesidades complementarias.

Tu hijo es adulto. ¿Cómo asumís en la familia el relevo generacional?

Esta pregunta, al principio ni te la haces.

A lo largo de la vida con estos hijos, vas pasando por distintas etapas. Varía lógicamente si es hijo único o tiene mas hermanos, ya que a éstos les toca muy de lleno y en condiciones normales, cuando han convivido tanto con su hermano y en una familia unida, lo ven con toda naturalidad. Entienden que sus padres se hacen mayores y ven el relevo como lo más normal. Sin imposición. 

Conforme se van cumpliendo años, vas cambiando tu enfoque. De pronto, te das cuenta que te has jubilado y más adelante, piensas que lo que te queda de vida no es tanto y ves que estás en primera fila y que muchos de tus amigos de tu misma edad han fallecido y…

Entonces piensas que o bien dejas a tu hijo viviendo en casa, con la asistencia necesaria de cuidadores, yendo al centro de día, o bien, ingresa en una residencia. Ambos casos, con la supervisión y tutela de sus hermanos.

No hay más alternativa, a no ser que sean hijos con capacidad suficiente como para que vivan en su piso e incluso tengan su pareja. Todo depende del grado de autonomía que alcancen.

Este es el relevo generacional. No hay otra.

Por eso, hay que luchar cada día, para que les dejemos los mejores centros o pisos tutelados. Siempre gestionadas por los mejores profesionales

Como miembro del Consejo Asesor de inclusión del Ayuntamiento de Córdoba. ¿Cuáles consideras que son los mayores retos que nuestra ciudad tiene por delante en la inclusión de las personas con discapacidad?

Uno de los retos que tienen las personas con discapacidad en cualquier provincia y que desde el Ayuntamiento de Córdoba se está luchando lo humanamente posible para conseguirlos, es el empleo.

La participación en el mundo laboral es muy baja, representando sólo el 1,2% de la totalidad de los contratos realizados, durante el año 2020.

La contratación en empresas privadas es menos que testimonial.

Existen aún bastantes barreras y tenemos el reto de ir poco a poco disminuyéndolas. Tales como las barreras que se encuentran en el transporte y la necesidad de concienciar a la sociedad de que hay personas que por su discapacidad no pueden hacer las actividades comunes, entre otras.

Aunque cada día, va mejorando la actitud de la sociedad, aún siguen teniendo impedimento las personas con discapacidad, para entrar a algunos lugares (cines, teatros… )

Otro reto importante es vencer las barreras de la comunicación, como la audición, el habla o la escritura.

También, se trabaja por ir disminuyendo las barreras arquitectónicas como los escalones o los impedimentos en las aceras para el paso de sillas de ruedas.

Existen otro tipo de barreras como la falta de responsabilidad por no hacer cumplir las regulaciones y las leyes ya existentes.

No quiero dejar de mencionar a nuestros mayores que están en las residencias.

Puedo comprobar como voluntario, que además de algunas de las barreras físicas ya mencionadas, observo que muchos de ellos padecen también la soledad y la tristeza. Es necesario el reto de conseguir aminorarla.

Con un poco de compromiso de la sociedad, se les podría dar más calidad de vida en el último tramo y ya corto de su vida.

Desde aquí, animo a todos a que se involucren. Puedo asegurar que se recibe mucho más de lo que se da.