¿QUÉ QUIERO? CALIDAD DE VIDA

Calidad de vida es uno de esos términos difícil de definir ya que, cada persona tiene su propia percepción sobre el mismo y, aunque no responde a una única acepción y perspectiva, intentaremos ligarlo al concepto de BIENESTAR INDIVIDUAL.

Calidad de vida es una combinación de satisfacción personal (percepción subjetiva) y condiciones de vida (circunstancias objetivas). Según el Modelo de Shalock y Verdugo (2002), calidad de vida lo podemos entender como “un concepto que refleja las condiciones de vida deseadas por una persona con relación a ocho necesidades fundamentales” o dicho de otra manera como “conseguir todo lo bueno que una persona aprecia”.

La propuesta de Schalock y Verdugo pone el acento en ocho dimensiones fundamentales que son universalmente compartidas por las distintas culturas y avaladas por estudios transculturales. No ocurre así con los indicadores asociados a cada una de las dimensiones, ya que éstos están íntimamente ligados a la cultura, al momento histórico, etc.

Las dimensiones propuestas en el modelo son las siguientes:

  • Bienestar emocional: Hace referencia a la seguridad-inseguridad, estrés, sentirse tranquilo y sin agobios.
    Se evalúa mediante los indicadores: Satisfacción con la vida, seguridad, afecto y felicidad.
  • Relaciones interpersonales: Relacionarse con diferentes personas, tener amigos y sentirse querido por las personas que le importan.
    Se mide con los siguientes indicadores: Interacciones, familia y amistad.
  • Bienestar material: Contempla aspectos de capacidad económica, ahorros y aspectos materiales, que le permitan tener una vida confortable.
    Se evalúa mediante los indicadores: empleo, finanzas y vivienda.
  • Desarrollo Personal: Tiene en cuenta las competencias, habilidades sociales, y la posibilidad de aprender distintas cosas.
    Se mide con los indicadores: Logros, trabajo, educación y aprendizaje.
  • Bienestar Físico: Contempla aspectos de salud (tener buena salud, sentirse en buena forma física y tener hábitos saludables)
    Se mide con los indicadores: Estado físico, salud y ocio.
  • Autodeterminación: Posibilidad de elegir, tener opciones, decidir por sí mismo, oportunidad de elegir lo que quiere, cómo quiere que sea su vida, su trabajo, su tiempo libre, las personas con las que está, el lugar donde vive…
    Se mide con los indicadores: autonomía, independencia, decisiones y elecciones.
  • Inclusión Social: Participación en actividades en la comunidad.
    Se mide con los indicadores: Aceptación, participación e integración comunitaria.
  • Derechos: Ser considerado igual que el resto de las personas de la sociedad, que respeten su forma de ser, opiniones, intimidad. Que disfrute de los derechos propios de ciudadanía.
    Se mide con los indicadores: Respeto, igualdad y dignidad.

Otro de los aspectos clave del modelo es contemplar la importancia que el contexto tiene sobre la calidad de vida. Podemos identificar diferentes niveles:

  • Macrosistema: Se refiere a patrones amplios de cultura, sistemas económicos, tendencias sociopolíticas y factores relacionados con la sociedad, que afectan a las creencias propias, valores y significado de conceptos.
  • Mesosistema: Hace referencia a la comunidad, vecindario, organizaciones o agencias de servicios. Afectan directamente al funcionamiento del microsistema.
  • Microsistema: Son los contextos sociales inmediatos: familia, hogar, grupos de pertenencia (ocio, trabajo, estudios…)

En función del nivel del contexto en el que nos situemos los indicadores a contemplar en cada una de las dimensiones serán distintos.

Por ejemplo, si nos situamos en la dimensión “derechos”: el ejercicio del voto, la privacidad, las propiedades… serían indicadores a nivel del microsistema. El autocontrol, responsabilidad, procesos legales… podrían ser indicadores a nivel mesosistema, Y atendiendo al macrosistema un indicador podría ser las leyes públicas.

Destacar con esto, que la interacción de las personas con sus contextos es fundamental y determinante para su desarrollo y para la mejora de calidad de vida.
La calidad de vida para las personas con discapacidad intelectual, se compone de los mismos factores y relaciones que para el resto de personas, por lo que las dimensiones de calidad de vida en una persona con discapacidad intelectual serán las mismas que en cualquier otra persona.
La calidad de vida mejora cuando las personas participan en las decisiones que afectan a sus vidas, teniendo las mismas oportunidades y apoyos para poder conseguir las metas que se propongan en su vida.

La atención a personas con discapacidad intelectual ha evolucionado de manera muy positiva, pasando de modelos centrados en los servicios a modelos centrados en las personas. Así, la planificación centrada en la persona se ha convertido en un referente para el trabajo con personas con discapacidad intelectual orientado a la mejora de calidad de vida.

Esto supone dejar de poner el acento en la discapacidad y centrarnos en la prestación de apoyos orientados a la mejora de calidad de vida

“Promover la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y sus familias, mediante apoyos personalizados y procesos de transformación social en favor de una ciudadanía plena”, es la misión de Aprosub

Esto supone que como organización tenemos que buscar estrategias, dinámicas, procesos, etc.… totalmente orientados a la mejora de la vida de las personas. El ejemplo más claro en nuestra entidad es nuestro mapa de procesos, totalmente orientado hacia las personas y con procesos claves centrados en aspectos como derechos o planificación centrada en la persona.

Además de la autodeterminación, desarrollo personal, la inclusión social y bienestar emocional.

CALIDAD DE VIDA
Ana Belén Paños
Responsable Técnico Residencia de Adultos